Chile: La influencia europea

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, la influencia europea se dejó sentir en Chile en la educación, las ciencias, la música, el arte y la literatura.

José Joaquín de Mora, destacó en la tarea pedagógica, fundando en 1829 el Liceo de Chile, donde se desarrollaron con preferencia las humanidades y las matemáticas. Otro ilustre personaje fue Ignacio Domeyko, naturalista polaco que se distinguió por sus estudios mineralógicos y por su interés en la reforma de la educación. Fue rector de la Universidad de Chile, después de Andrés Bello (1867-1882).

En el desarrollo de las ciencias sobresale Claudio Gay , naturalista francés, que en 1830 es contratado por el gobierno para hacer la descripción completa del territorio de Chile. Su trabajo fue " Historia física y política de Chile ". Por otra parte, el naturalista alemán Rodulfo Amando Philippi, continuó la obra de Claudio Gay, publicando las obras " Viaje al desierto de Atacama " y " Elementos de historia natural " (1860).

Ignacio Domeyko
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La geología no fue la excepción y el francés Amado Pissis fue comisionado por el Gobierno de Manuel Bulnes para el levantamiento de la carta topográfica del país. Es autor de la " Geografía física de la República de Chile ".

En  la medicina ejercen influencia varios profesionales europeos, entre otros el inglés Guillermo Blest y el francés Lorenzo Sazié, quien fuera el primer director de la Escuela de Medicina.

En las artes plásticas sobresalen el pintor alemán Mauricio Rugendas , Raymond Monvoisin , pintor francés, y Alejandro Cicarelli, pintor italiano. El primero sobresale por sus paisajes y tipos humanos. Monvoisin se especializa en retratos de hombres públicos, como el del rector Andrés Bello , y Cicarelli llega a Chile en 1848 siendo designado director de la Escuela de Bellas Artes.

Del mismo modo, Chile es el primer país donde se estableció el primer observatorio astronómico de América del Sur (1852), y su primer director fue el astrónomo alemán Carlos Moesta.

La arquitectura recibió la influencia europea, difundiéndose entre los espíritus selectos dé la sociedad de la época.

Sin embargo, Andrés Bello es la figura de mayor relevancia entre los extranjeros que han  desarrollado influencia intelectual en Chile. Nacido en 1781 en la ciudad de Caracas, Venezuela, pasó a servir un cargo diplomático en Inglaterra, después de prestar su valioso concurso de pensador a la independencia de su patria. A la edad de cincuenta años, viaja a Chile contratado para servir en un cargo en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Poseía una reputación de literato y hombre de estudio, que muy pronto confirmó. Su primera labor fue tomar la redacción del diario de gobierno, "El Araucano", y durante un breve tiempo la dirección del Colegio de Santiago. Dictó clases sobre Derecho, Castellano, Literatura y Filosofía. Su prestigio se consolidó con las publicaciones de la obra "Principios de derecho internacional" (1834).

Autorretrato de Cicarelli desde el "Fundo Peñalolén" (1862)
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Su gran obra jurídica es el Código Civil. Empezó a regir el primero de enero de 1857. Sin embargo, su tarea cultural más importante es la organización de la Universidad de Chile, cuyo rectorado ejerció durante veinte años. Esta fue creada tras la promulgación el 19 de noviembre de 1842 y la inauguración solemne de sus actividades fue el 17 de septiembre de 1843.

Entre la legión argentina que llegó al país, destacan, entre otros, Domingo Faustino Sarmiento, el cual ocupó el cargo de director de la Escuela Normal de Preceptores. Otro argentino importante en Chile fue Bartolomé Mitre, dedicado al estudio de la historia. El pensador político Juan Bautista Alberdi se destaca por "Cartas quillotanas" y "Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina".

Juan Baustista Alberdi
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De esta manera, Chile se convirtió en punto de encuentro, donde convergieron distintas corrientes de pensamiento no necesariamente coincidentes entre ellas. El llamado movimiento intelectual de 1842 tuvo como propósito, entonces, desarrollar el intelecto y las distintas disciplinas del conocimiento, destacando la presencia de José Victorino Lastarria, que luego se convirtió en líder de la juventud estudiosa de la época.

En la prensa de aquella época, este movimiento trascendió también. En 1842 se fundaron en Valparaíso dos periódicos literarios que tuvieron especial importancia. Fueron "La Revista de Valparaíso" y "El Museo de Ambas Américas". Al mismo tiempo, ingresaba a la redacción de "El Mercurio" Domingo Faustino Sarmiento, que comenzó a intercalar en el diario artículos sobre literatura. En el año 1842, también, Valparaíso ganaba otro órgano diario más, "La Gaceta del Comercio".

Cualquiera que fuese la importancia de estos hombres y la influencia de sus escritos, sus efectos  llegaron a la juventud chilena ilustrada, lo que constituyó en 1842 una sociedad literaria, con el objeto de hacer surgir una literatura nacional. Lastarria fue elegido como presidente.

Desde 1842 surgieron otros escritores y poetas nacionales, destacando Eusebio Lillo , Francisco Bilbao, Salvador Sanfuentes, José Joaquín Vallejo ("Jotabeche"). Se agregó a ese movimiento, el primer diario que tuvo la capital, "El Progreso" y que fue redactado por Sarmiento.

Domingo Faustino Sarmiento
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Paralelo al surgimiento literario vino también el de la enseñanza, que en 1842 vio crearse la Universidad de Chile, que vino a reemplazar la Universidad de San Felipe, que la colonia había sustentado desde la mitad del siglo XVIII.

En 1839 Mariano Egaña, Ministro del ramo, dictó un decreto suprimiéndola y declarando que en su lugar se establecería una casa de estudios denominada Universidad de Chile. La organización que se daba a la Universidad establecía cinco facultades (Teología, Humanidades, Leyes, Medicina y Matemáticas), cada una con su correspondiente decano; un rector, un secretario general y un consejo compuesto de todos esos funcionarios y de otros dos individuos nombrados por el Presidente de la República. Su función principal era vigilar la enseñanza secunda­ria y superior, y de proponer aquellas medidas de mejoramiento para ellas.

Su primer rector  fue Andrés Bello. La inauguración de la Universidad de Chile fue el 17 de septiembre de 1843, en el mismo local que había ocupado la antigua Universidad de San Felipe (hoy Teatro Municipal), y fue un acto memorable, al que asistió la sociedad más distinguida de Santiago.

El esfuerzo del gobierno por difundir y mejorar la enseñanza no se detuvo aquí. La creación de la Escuela Normal de Preceptores de Santiago, fue la primera que hubo en todo el país (1842), y se llevó a cabo mediante el deseo del Ministro Manuel Montt , quien colocó a su cargo a Domingo Faustino Sarmiento. Su función era de levantar la educación primaria a la altura de la gran necesidad nacional que debía satisfacer.

Hacia 1842 existían cerca de cincuenta escuelas primarias de ambos sexos, donde se enseñaba a leer, escribir y rezar. Un total de poco más de 3.000 niños concurría a ellas, en una población en que debía haber no menos de 200.000 en situación de recibirla.

Bartolomé Mitré
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Se creó además en Santiago una Escuela de Artes y Oficios y una Escuela de Agricultura, a la que se anexó un terreno para la práctica de los cultivos, que sirvió de base a la instalación de la actual Quinta Normal. Se fundó la Escuela de Arquitectura y de Pintura y del Conservatorio Nacional de Música. Estos planteles educacionales representaban un progreso todavía desconocido en Sudamérica.

En cuanto a la enseñanza secundaria, en 1842 había seis establecimientos, el Instituto Nacional y los liceos de La Serena, San Felipe, Cauquenes, Talca y Concepción. Poco después se instalaron los de Rancagua y San Fernando.

Si el movimiento intelectual de 1842 fue capaz de desarrollar toda una revolución en el pensamiento, donde con más fuerza se manifestó ese espíritu nuevo fue en la publicación que en el periódico llamado "El Crepúsculo" hizo Francisco Bilbao, estudiante de derecho (1844), de 21 años de edad. Mediante la "Sociabilidad Chilena", levantó una gran protesta del clero, y luego fue condenado su autor por un jurado de imprenta a pagar una fuerte multa, como "blasfemo e inmoral" debido a sus criticas a la iglesia católica. Fue tanto el revuelo, que los ejemplares de "El Crepúsculo", que contenían aquel estudio  fueron quemados en la plaza pública por orden de la Corte Suprema. Para que nada faltara en esta condenación, el Consejo de la Universidad expulsó a Bilbao del Instituto Nacional, en donde cursaba los ramos de leyes.

La medida lo convirtió en víctima de la libertad de pensamiento.

Compilación: Profesor en Línea