Plátano o banano

Parece probable que el hombre haya utilizado el plátano a lo largo de su historia en el Asia Sudoriental. Este uso estuvo basado en plátanos muy antiguos. Cambios posteriores se basaron en la hibridación de la planta.

Las más antiguas referencias relativas al cultivo de plátano proceden de la India, donde aparecen citas en la poesía épica del budismo primitivo de los años 500-600 antes de Cristo. Otra referencia encontrada en los escritos del budismo Jataka, hacia el año 350 antes de Cristo, sugiere la existencia, hace 2.000 años, de una fruta tan grande como "colmillo de elefante".

En el Mediterráneo de los tiempos clásicos, el plátano sólo se conocía de oídas.

Al África fue llevado desde la India, a través de Arabia, y luego rumbo al sur, atravesando Etiopía hasta el norte de Uganda aproximadamente en el año 1300 después de Cristo.

El plátano fue llevado a las Islas Canarias por los portugueses poco después de 1402 y de ahí pasó al Nuevo Mundo, iniciándose en 1516 una serie de introducciones de este cultivo. La posibilidad de la presencia precolombina del plátano en América ha sido sugerida, pero no se tienen pruebas directas de ello.

En línea general, el plátano es un híbrido que debe ser clasificado de la siguiente manera:

Familia: Musáceas

Género: Musa

Serie: Eumusa

Hibridación: Musa acuminata x Musa balbisiana

Es importante señalar su valor nutricional alto en vitaminas A y C, fósforo y potasio, aunque contiene en pequeñas cantidades otros minerales y vitaminas. Su valor calórico es alto (104 cal./100 g.).

Desde el punto de vista culinario se considera más una verdura que una fruta y es parte fundamental de la dieta centroamericana donde se consume en decenas de diferentes platillos tanto verde como maduro.

La planta presenta un tallo verdadero, corto, que permanece prácticamente enterrado, llamado rizoma o bulbo. Algunos autores indican que lo correcto es llamarlo cormo pues es un tallo subterráneo erecto, con poco crecimiento horizontal.

Interiormente, el cormo presenta dos regiones bien diferenciadas: el cilindro central y la corteza, que es de color más claro. En la parte superior del cormo y atravesando la corteza, está el punto de crecimiento donde su diferenciación da origen a las hojas y desarrollo externo de la planta.

Este tallo emite ramificaciones laterales denominadas retoños o hijos; además, le salen numerosas raíces cordiformes, blancas y tiernas, las que al envejecer se tornan amarillas y ligeramente duras (epidermis cutinizada).

Se pueden encontrar de 200 a 300 raíces en un cormo sano, la mayor cantidad de raíces se localizan en los primeros 15 cm. del suelo y, horizontalmente, se pueden extender hasta los cinco metros de largo. Las raíces inferiores pueden llegar a profundizar 1,30 metro.

El terminal del tallo produce hojas que poseen una parte basal bien determinada (vaina foliar). Sucesivamente, van apareciendo hojas que junto con las vainas forman lo que comúnmente se llama tronco, aunque en realidad es un tronco falso o seudotallo.

Las hojas de los hijos se mantienen estrechas y triangulares hasta que la planta madre inicia su floración y entonces estos hijos desarrollan los limbos o láminas. La iniciación de las raíces es independiente a la formación de las hojas anchas por lo que existe un único sistema de raíces que contribuye a la nutrición de la planta y sus retoños.

En condiciones tropicales, la luz no tiene tanto efecto en el desarrollo de la planta como en condiciones subtropicales, aunque al disminuir la intensidad de la luz, el ciclo vegetativo de la planta se alarga. La temperatura media óptima es 26,5 ° C y se debe considerar que la actividad vegetativa de la planta se reduce fuertemente cuando la temperatura baja a 16° C.

Se considera óptima una pluviosidad mensual de 120 a 150 mm. aunque algunos autores la establecen en 180 mm. mensuales.

La resistencia del plátano a la sequía no es muy grande. Después de varios días de sequía se observa que las hojas se desecan unas después de otras, se marchitan las vainas y finalmente ocurre la rotura del seudotallo. El cormo, por el contrario, resiste fácilmente un período de sequía prolongado y conserva la facultad de volver a producir hojas mucho después de la desaparición del seudotallo.

La planta solo puede aprovechar el agua del suelo cuando tiene a su disposición suficiente cantidad de aire. En otras palabras, la cantidad de agua y de aire en el suelo deben estar en cierto equilibrio para obtener un alto rendimiento del cultivo.

El cultivo del plátano crece en todas las áreas lluviosas y calientes. La mejor época de siembra es a la entrada de las lluvias cuando la precipitación permite la germinación de la semilla con poco riesgo de pudrición de la misma.

Composición de la pulpa del plátano

Componentes

Unidades

Valores

Agua

Porcentaje

70

Carbohidratos

Porcentaje

27

Proteínas

Porcentaje

1,2

Fibra

Porcentaje

0,5

Grasa

Porcentaje

0,3

Cenizas

Porcentaje

0,9

Calcio

p.p.m.

80

Fósforo

p.p.m.

290

Hierro

p.p.m.

6

Potasio

p.p.m.

1.920

B-caroteno ( vitamina A)

p.p.m.

2,4

Tiamina ( vitamina B1)

p.p.m.

0,5

Riboflavina(vitamina B2)

p.p.m.

0,5

Piridoxina ( vitamina B6 )

p.p.m.

3,2

Niacina

p.p.m.

7

Acido ascórbico vitamina C

p.p.m.

120

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