Raulí

Árbol endémico de los bosques subantárticos de Chile, cuyo nombre científico es Nothofagus alpina .

El raulí crece en las laderas de las montañas, a altitudes intermedias entre los 300 y los 1.200 metros sobre el nivel del mar; prefiere los suelos profundos con buen drenaje.

Entre los factores limitantes que lo afectan están las bajas temperaturas, las amplias fluctuaciones térmicas, los suelos muy húmedos y las estaciones secas prolongadas.

Es una especie muy intolerante, muy exigente de luz.

Como características botánicas, es un árbol monoico, caducifolio, que puede alcanzar entre los 35 a 40 metros de altura y más de dos metros de diámetro, de rápido crecimiento, con tronco recto, cilíndrico, poco nudoso y libre de ramas en la parte inferior, con una pequeña copa rala.

Las hojas del raulí son las más grandes de los Nothofagus sudamericanos, y son de forma oblonga a aovada-lanceolada, de hasta 12-18 cm de largo por 5-10 cm de ancho. Tienen los bordes suavemente aserrados y una  nervadura muy notoria y abundante.

Las flores masculinas se disponen de a tres, en racimos cortos. Las flores femeninas se ubican de a tres en el interior de la cúpula de cuatro valvas, provistas de apéndices foliáceos, glandulosos.

Los frutos son nueces, de color chocolate, que se presentan una aplanada y las demás triangulares, aladas, blanquecinas en las aristas.

Es un árbol que florece en los meses de primavera, octubre a diciembre y fructifica en marzo. Se ha transformado en una especie muy recomendada para plantaciones comerciales o reforestación, y para manejar sus renovales que son muy numerosos.

Rebrota vigorosamente después de aserrado o de los incendios.

El desarrollo de Nothofagus alpina es más rápido que Nothofagus obliqua y puede alcanzar, en situaciones favorables, dimensiones susceptibles de explotación entre los 70-80 años.

La madera de raulí es una de las más apreciadas y valiosas del bosque nativo chileno. Es de duramen rojizo o gris rojizo, de excelente calidad, resistente, elástica y de grano fino, siendo menos durable y más liviana que la del roble, se utiliza principalmente en mueblería.

Se lo puede ubicar en la cordillera de los Andes, desde el sur del río Teno, a más de 500 metros sobre el nivel del mar; y en la cordillera de la Costa, desde el río Itata. Su límite boreal es la zona de Valdivia pero también se han encontrado algunos ejemplares en dicha zona.

Fuente:

Hoffmann, Adriana. 1995. "El árbol urbano en Chile". Empresa El Mercurio S.A.P. Santiago. Chile. 255 p.

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