Ampolleta o bombilla

Desde hace unos veinte mil años, la gente descubrió que podía producir luz  quemando aceite u otros combustibles.

Las lámparas de aceite y las velas fueron las principales fuentes de iluminación hasta principios del siglo diecinueve, cuando fueron sustituidas por el gas.

A partir de 1880 la situación cambió y gracias al ingenio de Joseph Swan y de Tomás Alva Edison , en forma separada, pero simultánea, el mundo conoció las bondades de las ampolletas.

Joseph Swan nació en Sunderland (Inglaterra) en 1828 y trabajó inicialmente para un fabricante de placas fotográficas. En esa labor, inventó la placa seca, que simplificó el proceso de la fotografía. Inventó también el papel de bromo, que aún se usa para imprimir los negativos fotográficos.

Fue en 1858 cuando empezó a experimentar con la idea de generar luz eléctrica.

Su primer triunfo fue con un trozo de papel que se quemaba entre dos electrones situados dentro de un bulbo de cristal.

En 1878 produjo la primera lámpara con filamento de carbono.

Por esa misma época, el inventor estadounidense Tomás Alva Edison había producido un ingenio similar.

Ambos discutieron la prioridad de sus respectivos inventos, pero luego, zanjadas las diferencias, formaron la Edison and Swan United  Electric Light Company en 1883.

Swan falleció en 1914.

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