Brújula

Hay quienes afirman que la brújula es de origen asiático y quienes dicen que es un invento europeo. Pese a lo incierto de su origen, se cree que quizá fue inventada por los chinos un milenio antes de Jesucristo. Su gran aporte fue que permitió la navegación de larga distancia: la brújula indica la orientación de la nave con respecto al norte magnético.

Fue primero una mera barrita de hierro tocada con la piedra imán e introducida en un soporte que flotaba en el agua de una vasija. Más tarde se convirtió en una aguja con el eje de giro, colocada en una caja provista de una rosa de los vientos. A partir del siglo XIV, dicha caja se mantenía en equilibrio mediante la suspensión que hoy llamamos de Cardano.

Para proteger las brújulas y poder utilizarlas con más comodidad, solían guardarse en la bitácora, especie de caja grande o armario colocado en el puente, junto al palo de mesana, donde podía observarlas el timonel sin dificultad.

Ver: Brújula y magnetismo

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