La Virgen de la cueva

San Isidro,
barbas de oro
ruega a Dios
que llueva a chorros.

Que llueva, que llueva,
la Virgen de la cueva,
los pajaritos cantan
la madre se levanta.

Que sí, que no,
que llueva un chaparrón.

Agua, San Marcos,
rey de los charcos,
para mi triguito
que está muy bonito;
para mi cebada,
que ya está granada;
para mi melón,
que ya tiene flor;
para mi sandía,
que ya está florida;
para mi aceituna,
que ya tiene una.

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