El Cristianismo en la conformación religiosa y cultural de Europa

Tercero medio

Unidad 3: La Europa medieval y el Cristianismo

La visión cristiana del mundo como elemento unificador de la Europa medieval.

Durante la primera etapa de la Edad Media arraigaron en el pensamiento europeo ideas sobre la forma y la estructura del Universo directamente surgidas de la interpretación literal de la Biblia. Así, por ejemplo, se aceptó la idea de que la Tierra estaba inmóvil basándose en el pasaje bíblico donde se afirma que Dios ordenó al Sol detenerse sobre la ciudad de Gabaón, para que así el ejército comandado por Josué tuviera tiempo de ganar la batalla que ahí se estaba librando. Además de la inmovilidad terrestre, ese pasaje implicaba que el Sol se movía en torno a la Tierra.

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Dios detiene el sol en la guerra contra Gabaón (Obra de Gustave Doré).

En ese periodo surgieron varios dogmas, como el de la Tierra plana, idea que por cierto incorpora mitos cosmogónicos previos al cristianismo. Así arraigó el concepto mesopotámico de un océano que rodeaba a la Tierra plana y que estaba vedado a la navegación, ya que el castigo para quienes desobedecieran ese mandato era la caída al abismo sin límite.

Como para la Edad Media política y derecho son en gran parte lo mismo, ella ofrece durante mucho tiempo un cuadro de perfecta unidad entre la Iglesia y el Estado, el cual, según la concepción germánica, es responsable del mantenimiento de la paz.

Al principio (era de Constantino) se da la idea de gobierno teocrático, que aspira a la realización del reino de Dios sobre la tierra. Tanto la Iglesia como los señores temporales aceptan este fin y lo persiguen en armónica coordinación. Así, lógicamente, los reyes germánicos de los reinos nacidos de las invasiones en suelo romano son tenidos por vicarios de Cristo.

El reino de los francos del siglo VII marca el camino por su nueva organización a la par política y misional, llevada a cabo por la monarquía merovingia en unión con el episcopado y monacato, de origen noble. Hacia 750 se dan los presupuestos para aquel paso decisivo por el que el papado se separa de Bizancio y se vuelve al reino franco.

Tras la restauración de la dignidad imperial de occidente en el año 800, por obra del papa León III y del rey franco Carlomagno, ambos poderes supremos, papado e imperio, operan como representantes y garantes de la comunidad cultural de occidente que se está formando. En lo sucesivo el imperio franco, sintiéndose heredero de Bizancio, ejerce una función protectora respecto del papado y aspira a una posición universal según el modelo romano o bizantino.

Así nace una teocracia espiritual y temporal de doble cabeza, que abarca casi todo el occidente cristiano. Cierto que ella pronto vuelve a disolverse; pero el poder imperial se renueva por obra de los señores germano-sajones del siglo X, sobre la base de la tradición carolingia (evangelización de los paganos).

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Carlomagno

La cristianización interna y los movimientos de reforma (reforma cluniacense) conducen a la crisis de las investiduras, en que, por la lucha entre el papa y el emperador, se rompe la unidad de Iglesia y Estado. De este modo, el señorío temporal se ve obligado cada vez más a fundar su posición por el derecho natural y romano, y llega a postular la autonomía de la autoridad civil.

El papado organiza el orden jurídico dela Iglesia e intenta deducir del poder espiritual el origen y modo de obrar de la autoridad secular (derecho canónico); al mismo tiempo, por su progresiva organización de los oficios, se convierte en maestro del Estado en el terreno administrativo.

Desde el siglo XII los papas desgastan sus fuerzas afanándose por un monismo hierocrático en el terreno político, y así entran cada vez más en conflicto con el deseo de soberanía -signo de los tiempos futuros- por parte de los Estados de reyes y príncipes, sobre todo en la Europa occidental.

Con ello la curia romana va perdiendo cada vez más la posibilidad de imponer su autoridad en el campo de los intereses estatales, que ahora se configuran por su propio derecho. La respublica christiana medieval se convierte en un sistema secular de Estados, que abarca toda Europa; las autoridades seculares se conciben como guardianes del bien común y esgrimen en propio provecho el principio imperante de la razón de Estado. Se logra un punto final cuanto todos los ciudadanos quedan referidos en igual forma a la autoridad central.

La Iglesia cristiana

Para este mundo que se estaba desarrollando en lo cultural y político por la síntesis de lo germánico y lo romano, revistió mayor importancia todavía el encuentro de los germanos con la fe cristiana durante la edad media. Dentro del imperio romano los germanos conocieron el cristianismo como religión estatal.

Desde Constantino y Teodosio la religión cristiana era el credo obligatorio para todos los ciudadanos del imperio romano; yla Iglesia cristiana, apoyándose muy directamente en las instituciones del Estado, se había convertido en iglesia imperial, dentro de la cual el emperador ocupaba una posición dominante (era de Constantino). E igualmente, a causa de la función providencial que la teología cristiana atribuía al imperio romano, éste siguió teniendo gran importancia parala Iglesia cristiana.

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Estatua ecuestre de Constantino.

En relación con esto, la sustitución progresiva del gobierno imperial por autoridades germanas en la parte occidental del antiguo imperio y, de otro lado, la prolongación de la figura del emperador en el oriente, fueron hechos que repercutieron en la separación entrela Iglesia occidental y la oriental; y la separación se hizo más profunda por las diferencias dogmáticas (monofisismo), litúrgicas (disputas sobre el día de la pascua) y culturales (lucha de las imágenes).

Además, de aquí resultó para los Estados germanos cristianos del occidente, que no tenían ninguna vinculación con el imperio o la tenían muy escasa, un vacío que debía llenarse necesariamente con nuevas formas de autoridad y de organización.

Y en esta situación era lógico que las miradas se dirigieran a la sobresaliente posición del obispo de Roma como sucesor de Pedro. Su supremacía en el ámbito espiritual, que inicialmente le fue reconocida también porla Iglesia del oriente y que tuvo su expresión visible en los grandes concilios imperiales, hizo que él fuera la suprema autoridad moral y jurídica para el occidente cristiano.

Se puede considerar como la nota característica de la Edad Media occidental la unidad religiosa, política y cultural que se produjo mediante la síntesis paulatina entre los antiguos elementos cristianos y los germánicos. Esa unidad promovió también la fusión del mundo germánico, que antes era heterogéneo.

Su base fue el orden feudal de una aristocracia poseedora de latifundios, con formas económicas y de gobierno fundadas en una economía natural. Su estricta gradación por estamentos quedó expresada en un ramificado sistema de feudos y se justificó mediante la idea de orden querido por Dios y referido a él.

En este orden de rangos acuñado por el espíritu aristocrático, tambiénla Iglesia ocupó la alta posición que le correspondía. Además, en virtud del principio dela Iglesia propia, que ha de explicarse sobre todo por el pensamiento germánico, ella fue incorporada a la constitución del Estado y dentro del imperio germánico concretamente por el llamado «sistema otónico-sálico de las iglesias del reino».

Para los prelados, que mayormente procedían de la nobleza, era un deber obvio la participación activa en la vida política; y la convicción de que era posible unir las tareas eclesiásticas con las estatales, constituía una expresión de la compenetración total entre la esfera espiritual y la profana durante la Edad Media.

Iglesia imperial del medievo

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Gregorio VII.

La Iglesia del medievo es primariamente una designación dela Iglesia del imperio franco-germánico, construida sobre bases romano-cristianas y germánicas, en el tiempo que va desde su fundación por Carlomagno hasta la guerra de las investiduras.

Esta Iglesia, incorporada a la organización señorial del imperio, estaba bajo la protección y soberanía del sacro imperio romano-germánico, era generalmente tenida por elemento constitutivo del mismo imperio y reconocida como única legítima; ella continuaba conscientemente la tradición universal dela Iglesia del bajo imperio romano.

Con el nombre de Iglesias imperiales del medievo se designan también las que, dentro de un círculo más limitado, están en una relación semejante con el poder civil de los otros reinos de la alta Edad Media europea, sobre todola Iglesia de Francia (ecclesia gallicana), desprendida del imperio desde fines de la época carolingia, yla Iglesia anglo-normanda de Inglaterra (ecclesia anglicana), que en la segunda mitad del siglo XI nació dela Iglesia regional anglosajona.

Las Iglesias imperiales de la Edad Media encarnan el orden mundial del primitivo occidente, en que el imperio y el sacerdocio (regnum et sacerdotium) estaban unidos entre sí de la forma más íntima como componentes de la Ecclesia.

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Caída de San Juan de Acre.

Baja Edad Media

La situación externa al comienzo de la baja Edad Media parecía catastrófica. Se había hundido el imperio al que, tras la confusión del interregno, sucedió en Alemania un débil rey romano, mientras surgía una fuerte monarquía en Inglaterra y sobre todo en Francia, dominada por la pura idea del Estado.

Acabó por derrumbarse el reino de los Anjou, en el que últimamente se habían apoyado los papas. La unión conla Iglesia oriental, realizada en un momento de euforia, había vuelto a disolverse.

El entusiasmo religioso de la época de las cruzadas se había consumido en luchas de competencia entre naciones.

Había caído el último símbolo de la presencia cristiana en Tierra Santa, San Juan de Acre; el imperio bizantino estaba reducido a unas piltrafas de territorio alrededor de la capital, quedando abierto a los turcos el camino hacia Europa.

Las corrientes espiritualistas y apocalípticas habían llevado a la más extraña elección en la historia de los papas.

La importancia política del Papado y la diferenciación del poder temporal y el poder espiritual.

El primitivo papado medieval

La atribulada historia política de Roma durante el siguiente siglo y medio casi desvaneció el sentido del papado. El papa Gelasio I (492-496) fue una excepción, una figura especialmente notable por su colección de textos cristianos legales y disciplinarios, los cuales, con su decidida tendencia a enfatizar la autoridad papal, influirían en el desarrollo del Derecho canónico durante la Edad Media.

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San Gelasio I.

Al igual que León, otros papas se consideraron dotados de poderes absolutos sobre la totalidad dela Iglesia, incluso sobre la de Oriente, donde este punto de vista se aceptaba oficialmente pero en la práctica existían muchas reticencias.

Gregorio I (590-604) recibió como legado muchos territorios. Los administró muy bien, los defendió mejor aún, y logró quela Iglesia de Roma tuviera tanta fuerza y prestigio como la de Constantinopla.

Cuando Gregorio envió a los agustinos como misioneros a Inglaterra en el 596, insufló en la cristiandad del norte de Europa un sentido de gratitud y lealtad a la autoridad pontificia que mantendrían sus sucesores durante siglos.

A finales del siglo VIII y principios del IX, Carlomagno ofreció protección a los papas y les concedió inmensos territorios en las regiones centrales de Italia, sustrato de los futuros Estados Pontificios. El papa León III (795-816), a su vez, sentó las bases del Sacro Imperio Romano Germánico tras coronar emperador de los romanos a Carlomagno en la basílica de San Pedro el 25 de diciembre del 800.

Declive y reforma gregoriana

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San León IX.

Debido a que las condiciones políticas en Italia se deterioraron en el siglo X, el papado cayó en manos de la nobleza romana. Los papas eran, en el mejor de los casos, meras figuras decorativas en una ciudad abandonada de hecho; en el peor de los casos, cayeron en la inmoralidad y fueron manipulados por familiares y por nobles sin escrúpulos.

El pontificado de León IX (1049-1054) situó al papado en el camino de la recuperación y le hizo comprometerse en una profunda reforma de la Iglesia.

Una característica especial de esta reforma, promovida por los papas de finales del siglo XI y principios del XII, era subrayar con énfasis la autoridad papal como clave para restaurar el orden interno de la Iglesia.

Gregorio VII (1073-1085) surgió, tanto antes como después de su elección, como el defensor más acérrimo de este movimiento, la reforma gregoriana, que originaría la Querella de las Investiduras.

El papado resultante de estos cambios, más insistentes que nunca en reforzar las prerrogativas del sumo pontífice, convenció a la mayoría de los obispos y a muchos príncipes de que estos privilegios eran en el orden religioso y temporal justos, los introdujo en el nuevo Derecho canónico que se estaba formulando por entonces, y los implantó institucionalmente como una burocracia centralizada. Gregorio VII y sus sucesores fueron así los fundadores del papado moderno.

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Inocencio III.

El legado de los gregorianos alcanzó su cenit con el papa Inocencio III (1198-1216), cuya energía y capacidad le convirtieron en la personalidad religiosa más importante de la sociedad europea de su tiempo. Fue el primer papa en hacer uso consistente del título de vicario de Cristo.

Aviñón y el gran cisma

Menos de un siglo después del triunfo de la autoridad papal medieval bajo Inocencio III, el rey francés Felipe IV, el Hermoso, humilló al papa Bonifacio VIII (1294-1303) y la guerra sicológica que inició contra Clemente V (1305-1314) desembocó en una larga estancia de los papas en la sede pontificia de Aviñón (1309-1377), donde se vieron muy influidos por los intereses políticos franceses.

Al final de este periodo tuvo lugar el Gran Cisma de Occidente, durante el cual dos o tres papas alegaban simultáneamente, para gran escándalo de la cristiandad, que ellos eran los únicos pontífices legítimos.

Aunque el Gran Cisma se terminó finalmente con el Concilio de Constanza (1414-1418), el papado había perdido prestigio, y durante los cien años siguientes vivió con el miedo a ataques a su autoridad por parte de los radicales, que se manifestaron ya en el Concilio de Basilea (1431-1449).

El conflicto entre la Cristiandad y el Islam , incluyendo sus proyecciones hacia el presente

En los siglos XI y XII se produjeron los principales encuentros y desencuentros entre el Islam y la cristiandad.

Mientras sucedían las cruzadas , en España, en Sicilia y en otros lugares tenía lugar todo el esfuerzo de las escuelas de traductores que trasmitieron el saber científico, técnico y literario del mundo árabe al mundo cristiano y gracias a ellas tuvo lugar ese vuelo del pensamiento que hoy calificamos de la primera "modernidad" ocurrida en la Edad Media. Los desencuentros fueron la creación de un foso de recelo, en algunos casos de odio, que separó las orillas Norte-Sur, Este-Oeste del Mediterráneo.

La invasión de España

El reino visigodo en España quedó debilitado por violentos conflictos internos. En el mismo año en que los árabes completaron de dominar el norte de África los españoles se disputaban el trono.

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Witiza I

El rey Witiza fue destronado por Rodrigo. Los partidarios de Witiza pidieron ayuda al gobernante árabe, Muza. Este envió a Tarik, su lugarteniente, quien atravesó el estrecho de Gibraltar y desembarcó con sus guerreros en la bahía de Algeciras, donde se estableció.

En la batalla del lago Janda, Tarik logró una victoria completa sobre el rey Rodrigo. Sin resistencia avanzaron hacia el norte. Los árabes aun no pensaban en la conquista de España. Pero el avance resultaba tan fácil que Muza siguió la conquista con un gran ejército. Siguieron constantes luchas, en las que Rodrigo muere, los árabes dominaron la mayor parte de la península.

El mundo islámico en la Edad Media

A principios del siglo VII, en Arabia, territorio de Asia, nació una religión, llamada el Islamismo conquisto una gran parte de África y del Asia. Esta fue la causa primera de las mayores y más largas guerras dela Edad Media, tales como las cruzadas.

Mahoma nació en la Meca (571) y a los cuarenta años tiene una visión en la cual el ángel Gabriel le dice que será el profeta de los árabes. Desde entonces comienza a predicar la creencia de un Dios único, resignación, la dulzura y el respeto por las creencias de los demás. Luego de la Hégira (622) se va a Medina en donde predica la guerra santa contra los infieles de la Meca.

Esta religión está hecha de una mezcla de las doctrinas judía y cristiana. El Islamismo es una religión de guerra, que promete a sus fieles el botín sobre la tierra y recompensas materiales en el cielo (causa de la difusión rápida).

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Mahoma

Mahoma había dicho "haced la guerra a los que no crean en Dios ni en su profeta. Hacedles la guerra hasta que paguen tributo y sean humillados" así es que inmediatamente después de su muerte, los árabes dieron principio a la Guerra Santa. Cincuenta años después de su muerte los árabes habían llegado al Atlántico (681).

En el año 711, los árabes atacaron España, triunfando fácilmente, se hicieron dueños de todo el país en el que estarían ochocientos años. Luego pasaron a la Galia, donde los Francos, bajo el mando de Carlos Martel, se prepararon a atacarlos, y encontraron a los árabes junto a Poitiers.

Esta es una de las batallas más importantes de la historia puesto que puso fin al avance de los musulmanes en Europa. En 1492 bajo el reinado de los reyes católicos son expulsados de España.

El territorio comprendido era desde la India hasta el océano Atlántico, la Meca quedó como capital religiosa mientras que Damasco, y luego Bagdad, como capital política. Hubo tres imperios que duraron varios siglos, en los cuales la civilización brilló sorprendentemente.

La religión musulmana se formó de plagios de civilizaciones y religiones de los países vecinos. Aprendieron la agricultura en Egipto e introdujeron árboles y plantas en Europa como el arroz, la caña de azúcar, espárragos etcétera y la ciencia de las irrigaciones.

Entre la Cristiandad y el Islam en España.

Desde el siglo VIII, y hasta la toma final de Granada en 1492, España vivió largos siglos de guerra salpicada de paz y de paz salpicada de guerra entre la cristiandad y el islám. La invasión árabe de 711 pronto cubrió casi toda la península, desplazando a los visigodos que prolongaban la herencia hispano-romana.

Aunque no toda España quedó islamizada, las aportaciones culturales árabes imprimieron sobre nuestras tierras una huella que hoy sobrevive en forma de monumentos de singular belleza. Y paralelamente, en progresivo descenso desde el norte, se iba construyendo un medievo cristiano cuyos vestigios conviven hoy con los del islam en la lista de lugares Patrimonio Mundial.

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Califato de Córdoba en 1002.

El primer vestigio árabe, desde el punto de vista cronológico, es el centro histórico de la ciudad andaluza de Córdoba . El esplendor cordobés comenzó en el siglo VIII: la ciudad, con trescientas mezquitas e innumerables palacios y edificios públicos, rivalizaba en opulencia con Constantinopla, Damasco y Bagdad. En torno a la Gran Mezquita creció una civilización que convirtió al califato de Córdoba en faro del arte occidental musulmán durante la Edad Media. Y en esta Córdoba escribirán dos grandes pensadores aristotélicos: el médico musulmán Averroes y el pensador judío Maimónides.

Paralelamente, en el pequeño reino de Asturias, en el norte cantábrico del país, los herederos del viejo reino visigodo reconstruían la supervivencia del cristianismo frente al sur islamizado. A su calor, y en torno a la ciudad de Oviedo , nació un estilo arquitectónico singular, distinto del arte paleocristiano y del estilo carolingio: el prerrománico asturiano , que influiría decisivamente en la arquitectura medieval de la España cristiana.

La resistencia asturiana logró que el norte de España quedara al margen del dominio musulmán. Y a lo largo de ese norte peninsular nació, como una columna vertebral, un camino que se convirtió en símbolo de la oposición entre el islam y la cristiandad: el Camino de Santiago , ruta de la peregrinación desde la frontera francesa hasta la ciudad de Santiago de Compostela, en Galicia, y que se convertiría en uno de los más importantes fenómenos de la historia medieval.

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Catedral de Santiago de Compostela.

El camino, que jugó un papel decisivo para el intercambio cultural entre la Península Ibérica y el resto de Europa durantela Edad Media, alberga alrededor de 1.800 edificios, tanto religiosos como seculares, de gran valor histórico.

La meta del camino, Santiago de Compostela , constituye una de las zonas urbanas más bellas del mundo, con su acumulación de edificios románicos, góticos y barrocos. La catedral, presidida por el impresionante Pórtico de la Gloria, aún es hoy centro de peregrinación para millones de personas de todo el mundo.

Y si esto ocurría en el norte cantábrico de España, en el norte pirenaico tenían lugar otros movimientos culturales de singular relieve. El Pirineo, lejos de ser frontera, se convertía en puente de intercambio cultural.

El Valle del Boí , en la provincia catalana de Lleida, veía el desarrollo del arte y la arquitectura románicas en una sucesión de iglesias que inspiran admiración.

Algo más al sur, en Tarragona, surgía el Monasterio de Santa María de Poblet , un formidable complejo que fue a la vez iglesia, abadía cisterciense, fortificación militar, residencia palatina y panteón real donde hoy descansan los restos de los reyes de Aragón, la Corona bajo la que fueron agrupándose los territorios orientales de la península en este periodo de la Historia de España, y de cuya unión con la Corona de Castilla nacería, siglos más tarde, la España moderna. Ese reino de Aragón brindará grandes nombres a la literatura: Ramón Llull, Ausías March...

Ese lento descenso hacia el sur, que recibió el nombre de Reconquista, fue dejando tras de sí una larga estela de monumentos donde la arquitectura militar se une con la religiosa. En la castellana Ávila , fundada en el siglo XI, admiramos la gran muralla (82 torres semicirculares y 9 puertas) y la catedral gótica.

En Cuenca , construida por los árabes y reconquistada por los castellanos en el siglo XII, descubrimos la primera catedral gótica de España y las famosas casas colgantes sobre los acantilados del río Huécar.

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Murallas de Ávila y la catedral.

En Elche, ya en el Mediterráneo, la cultura popular cristiana alumbraba en el siglo XIII una representación sacro-lírica que se ha mantenido viva hasta hoy y que ha sido proclamada Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad: el "Misterio de Elche" , escrito íntegramente en valenciano.

En el oeste de la península, en Cáceres , los testimonios de la guerra entre moros y cristianos se sobrepusieron a los precedentes vestigios romanos para alumbrar una ciudad completamente singular, embellecida por influencias árabes, gótico-septentrionales y renacentistas.

La guerra se proyecta sobre la creación literaria: en Castilla se compone el "Cantar de Mío Cid", y en Navarra, el "Cantar de Roncesvalles".

Pero no todas las huellas fueron de guerra: también las hubo de paz. Uno de los más bellos ejemplos es la arquitectura mudéjar de Teruel , en el sur de Aragón: tanto sus cuatro torres como las iglesias cristianas de los siglos XII y XIII, que utilizaron la estructura y la decoración de los minaretes almohades, son testigos de una época en la que cristianos, moros y judíos pudieron convivir en armonía.

El último dominio musulmán en la península fue el reino nazarí de Granada , en Andalucía. Testimonio excepcional de la España musulmana de los siglos XIII y XIV, la fortaleza de la Alhambra , los jardines del Generalife y el barrio residencial del Albaicín constituyen un depósito único de la arquitectura arábigo-española.

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La Alhambra, en Granada.

Granada fue conquistada por los Reyes Católicos el 2 de enero de 1492. Es el año en que Antonio de Nebrija codifica por primera vez la lengua castellana, que cobra así carta de naturaleza propia y se emancipa del latín.

Y aquel mismo 12 de octubre de 1492, tres naves españolas descubrían un nuevo continente: América. A partir de entonces, la cultura española será incomprensible sin su proyección americana.

Coincidencias

1. Ambas religiones emanan de la misma fuente y nos llaman a creer en el Dios Único, en el Creador, por lo tanto, no debemos dividirnos por motivos religiosos. Jesús dijo: "La vida eterna es para aquellos que Te conocerán como el Único y verdadero Dios y que conocerán a Jesús, tu enviado". El Corán dice: "Os ha legislado dentro de la práctica de Adoración, lo que encomendó a Noé, lo que te hemos inspirado a ti y lo que encomendamos a Abraham, Moisés y Jesús: que establecierais firmemente la práctica de adoración y no os dividierais en ella." (Noble Corán 42:13).

2. Ambas religiones animan a sus seguidores a ser buenos ciudadanos, Muhammad dijo: "Todas las criaturas dependen de Dios y la más querida por Dios es aquella que les es más útil". Leemos en el Corán que Dios el Todopoderoso dice: "Habrán triunfado los creyentes. Aquellos que en su oración son humildes. Los que de la frivolidad se apartan. Los que hacen efectivo la caridad y preservan sus partes privadas" (Noble Corán 23:1-5). Así, la caridad, la modestia, la honestidad, la sinceridad y todas las virtudes se reflejan en la sociedad, como Dijo Jesús: "Ama a tu prójimo como a ti mismo".

3. Ambas religiones llaman a sus seguidores a relacionarse con amor y afecto. El Corán dice: "Encontrarás que los que están más próximos en afecto a los que creen son los que dicen: 'Somos cristianos' ". (Noble Corán 5:82).

4. Ambas religiones están de acuerdo en que la justicia y la integridad moral son los fundamentos de la sociedad. La conciencia de la existencia de Dios, anima al ser humano a comprometerse con los valores morales que pueden llegar a evitar las enfermedades de las que sufre la sociedad. Se dice que un corazón sin fe es como un juzgado sin juez. La historia nos cuenta que Umar ibn al-Jattab, el juez de Medina, la capital del estado islámico durante el Califato de Abu Bakr, le pidió a este último que le permitiese renunciar a su cargo, ya que durante todo un año no hubo ni un solo caso en el juzgado. Si nos preguntamos por qué la gente no iba al juzgado, tendremos que responder que era porque esta sociedad ideal se había edificado sobre la base de la fe.

5. Otra realidad común a las dos religiones es que se encuentran en la creencia de las verdades eternas: que el mundo tiene un sólo Creador Eterno y que este no existe por azar y sin sentido; también comparten la creencia en el No Visto, como en el destino y la Voluntad Divina, los Ángeles, la Resurrección, el Día del Juicio, el Paraíso y el Cielo para los bienhechores y el Infierno para los malhechores

Fuentes Internet:

http://omega.ilce.edu.mx:3000/sites/ciencia/volumen3/ciencia3/155/htm/sec_8.htm

http://www.mercaba.org/mundi/2/edad_media.htm

http://es.encarta.msn.com/encyclopedia_761554644_2/Papado.html

http://www.webislam.com/?idt=1610

http://www.elmundo.es/encuentros/invitados/2007/04/2455/

http://www.monografias.com/trabajos10/islam/islam.shtml

http://www.mcu.es/patrimonio/MC/PME/RecrHist/CristiandadIslam.html

www.fuenterrebollo.com/faqs-numismatica/sumos...

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