Antecedentes históricos para la comprensión del orden mundial actual

Cuarto medio: Historia y Ciencias Sociales. Unidad 1

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La sociedad contemporánea: análisis de algunos de sus principales rasgos, tales como: la masificación y democratización, la transformación en la inserción social de las mujeres, la creciente autonomía de los jóvenes, el derrumbe de las utopías sociales y el fortalecimiento de la religiosidad.

La sociedad actual, producto de profundos cambios económicos que han traído aparejados importantes transformaciones culturales, es abordada y hasta denominada de diferentes maneras.

Stuart Hall designa esta época como "postfordista", considerándola un estadio posterior del capitalismo. El mismo autor considera esta etapa como resultado de una profunda transformación en los modos de trabajo (tecnología de por medio), en los productos y esencialmente en su comercialización y consumo.

Según D. Bell: «... La ética protestante fue socavada no por el modernismo sino por el mismo capitalismo. El mayor instrumento de destrucción de la ética protestante fue la invención del crédito. Antes para comprar había que ahorrar. Pero con una tarjeta de crédito los deseos pueden satisfacerse de inmediato...» (1990:31).

El marco económico de esta sociedad está caracterizado por el predominio de empresas multinacionales y la globalización de los mercados financieros. En nuestras sociedades, con las agrupaciones obreras y profesionales debilitadas, las multinacionales han actuado con gran autonomía frente a estados débiles que priorizan el ingreso de capitales privados sobre el bienestar social.

Para Hall, la sociedad contemporánea está atravesada por «...la existencia de una gran fragmentación y pluralismo social, el debilitamiento de viejas solidaridades colectivas y de las identidades concebidas como ‘bloques’ ante la emergencia de nuevas identidades. Por eso, la maximización de elecciones individuales a través del consumo personal son dimensiones igualmente significantes de las tendencias del posfordismo...» (Hall, 1993: 94). En los medios masivos, especialmente en la televisión, es donde se vislumbra con mayor claridad esta situación.

Frente a esta posición fuertemente económica existen otros autores como Scott Lash, para quienes el posmodernismo está confinado al ámbito de la cultura.

«...El posmodernismo es estrictamente cultural. Es sin duda una especie de paradigma cultural... un ‘régimen de significación’...» (Lash, 1997: 20).

Para Gilles Lipovetsky, la cultura posmoderna mediante un ‘proceso de personalización’ tiene un marcado sesgo narcisista y hedonista que acentúa el individualismo hasta el egoísmo. Para él, la consigna del sujeto posmoderno es mantenerse joven y hermoso. Se encumbra el placer y el cuerpo. Ya no se habla de dietas, gimnasias o tratamientos médicos para sentirse físicamente bien, sino para lucir un "envase" o "envoltorio" atractivo y lo más joven posible.

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Este estilo de vida consumista y hedonista se difunde, con el aporte de la tecnología y los nuevos diseños. La "‘estética" ha penetrado el mundo de la producción moderna acorde a los ‘nuevos tiempos’.

La "‘imagen" se ha vuelto un lugar clave en la comercialización y el consumo. El estilo y su representación del cuerpo son puntos clave donde se apoya el consumo de hoy.

Más aún, a través de la publicidad, existe una proliferación de mundos que tienen sus propios "códigos de comportamiento" que remiten a ciertas "escenas", "economías" y "placeres" que sólo pueden ser alcanzados, como en un espejismo, a través del consumo. La sociedad posmoderna va más allá del consumo, sencillamente lo honra y exalta.

Sociedad "‘cool"

Otro de los rasgos centrales de la mentalidad actual es el planteo del humor y lo cómico.

En el ámbito de lo cotidiano, no se presenta como sarcástico sino más bien en una dimensión lúdica, relacionada con la seducción y la proximidad de los individuos.

La gente busca la proximidad a través del tuteo y con bocadillos sin pretensión de risas logra "‘romper el hielo", es decir, aproximarse. El código de comunicación con el otro se establece en clave de proximidad gestual y verbal humorística.

Hoy, todo es divertido, y debe ser así, en un registro cálido y cordial: un humor cool, que requiere de espontaneidad, naturalidad y se muestra insustancial a la vez que describe un universo radiante.

El humor se incorpora a la seducción junto a otros valores posmodernos como el hedonismo y la banalización en personajes de los medios masivos como: héroes, melodramáticos o personajes burlescos. En los medios masivos, las películas de James Bond, de Indiana Jones y tantas otras de acción norteamericanas así como de otros países ponen en evidencia las características de los nuevos héroes. El personaje en cuestión desdramatiza lo real y se caracteriza por una actitud absolutamente relajada ante los acontecimientos más tensionantes de peligro y violencia. La adversidad es atenuada con el humor tranquilo (cool) y resuelto del héroe que escapa a un fantasmagórico mundo agresivo y de alto riesgo.

En la fiesta posmoderna hay un retorno al uso del disfraz, un cierto retorno relajado de lo carnavalesco, pero en este caso no es una recuperación de la tradición, bien por el contrario, el uso del disfraz marca la búsqueda de una sobrediferenciación individualista.

Lejos del conflicto, la significación y el rebajamiento de lo sublime, esta vuelta al disfraz, se produce en un marco de la «suavización de las costumbres» en donde las groserías y las blasfemias ya no producen risa.

La ironía y la parodia ocupan un lugar cada vez más importante en los medios masivos.

Paradójicamente, con la sociedad humorística empieza una liquidación de la risa. Se empieza a disolver progresivamente la propensión de reír. Al respecto, Lipovetksy dice:

«...la personalización posmoderna cierra al individuo sobre sí mismo, hace desertar no sólo la vida pública sino finalmente la esfera privada, abandonada como está a los trastornos proliferantes de la depresión y de las neurosis narcisistas; el proceso de personalización tiene por término el individuo zombiesco, ya cool y apático, ya vacío del sentimiento de existir...» (1996:146).

Del mismo modo que hay una disminución en los afectos se da una mengua en la facultad de reír. ‘Una cierta sonrisa’ más cercana a la mueca permanente, sustituye la risa incontenible.

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Valores posmodernos

En este marco civilizatorio, concebida como valor incalculable por la propia sociedad, la juventud se ha convertido en un territorio en el que todos quieren vivir y gozar indefinidamente. Al decir de Beatriz Sarlo «... la juventud no es una edad sino una estética en la vida cotidiana...» (1994: 38) lo que se debe agregar, atravesada por los valores hegemónicos de la mentalidad de esta época.

Aquí, la producción estética posmoderna, a diferencia del modernismo artístico, no escandaliza a nadie, por el contrario se encuentra incorporada a la cultura oficial de la sociedad occidental en la medida en que, como dice F. Jameson, se ha integrado a la producción de mercancías en general.

La multiplicación de imágenes sigue la lógica de la producción en general, las imágenes tienen una vida efímera: están destinadas a perdurar, a provocar un impacto y orientar una conducta. Este impacto puede adquirir distintas características relacionadas con el sentimentalismo y la dramatización.

Daniel Bell dice al respecto:

«...Los medios visuales --por los que entiendo aquí el cine y la televisión-- imponen su ritmo al espectador y, al destacar las imágenes y no las palabras, no invitan a la conceptualización sino a la dramatización. En el énfasis que las noticias de la televisión ponen en los desastres y las tragedias humanas, no instan a la purificación o a la comprensión, sino al sentimentalismo y la piedad, emociones que se agotan rápidamente, y crean un seudorritual de seudoparticipación en los sucesos. Y como la modalidad es inevitablemente de superdramatización, las respuestas pronto se hacen altisonantes o aburridas...» (1993: 42).

Sobre los efectos de este sentimentalismo mediático propuesto a través de las imágenes, G. Lipovetsky relaciona los medios con cierto potencial moralizante sobre los individuos. Al respecto, dice:

«... El proceso de erosión de los deberes continúa: mientras los medios apelan periódicamente a los corazones, desculpabilizan las conciencias y trabajan, tal vez subterráneamente, para apartar a los individuos de las obligaciones permanentes de ayuda y beneficencia. El altruismo del posdeber se complace en la distancia: nos hemos vuelto más sensibles a la miseria expuesta en la pequeña pantalla que a la inmediatamente tangible, hay más conmiseración hacia el semejante distante que hacia nuestro prójimo cercano. La caridad de los medios no culpabiliza, no da lecciones de moral, conmueve mezclando el buen humor y los sollozos contenidos, las variedades y los testimonios íntimos, las hazañas deportivas y los niños impedidos. No ya una moral de la obligación sino una moral sentimental mediática...» (1994: 138).

Esta erosión de los ‘deberes’ se acompaña con la exaltación de modelos y valores que, de una forma u otra, son los imperantes en los productos culturales actuales: La seducción, el goce, el placer y el culto al cuerpo están en primer lugar junto a la habilidad para el deporte, la audacia, la fantasía, la diversión en un individualismo exacerbado.

Al decir de Fredric Jameson, en nuestro tiempo existe una dominante cultural, donde el individuo es el principal protagonista. Las características de esta ‘dominante cultural’ son:

a) una nueva superficialidad (se relaciona a una nueva cultura de la imagen, estética y simulacro)

b) un tipo nuevo de emocionalidad ("intensidades" basadas en lo individual hedonista y placentero)

c) un consecuente debilitamiento de la historicidad. Tanto en relación con la historia pública como privada. Ya no importa el futuro. Sólo el presente es relevante y algo del pasado que conviva sin conflicto.

d) La profunda relación entre los rasgos antes mencionados, que a su vez constituye la materialización de un sistema económico internacional nuevo.

El terrorismo

Existen pocas cosas que pueden crear tanto miedo en una sociedad como la violencia terrorista. Este fenómeno brutal no es nuevo.

El terrorismo ha sido practicado por muchas razones y con diferentes niveles de éxito desde el principio de la historia. La intriga, los planes y la brutalidad del terrorismo son tanto parte de la producción de la historia como la invención de la rueda. Igualmente como la sociedad ha progresado durante la historia, también ha progresado el terrorismo. El terrorismo se ha convertido en sofisticado y en muchos casos –según la posición que se tenga-  ha ganado legitimidad. La historia tiene muchos ejemplos de terrorismo y su influencia durante el transcurso del desarrollo humano.

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Características del terrorismo

•  El terrorismo es una forma de lograr el temor.

•  El miedo de la población, que se convierte en enemigo declarado del terrorista, lo fortalece más que su propia capacidad.

•  Las víctimas del terrorismo no son necesariamente el objetivo de los terroristas. El objetivo del terrorista frecuentemente será seleccionado por su valor simbólico.

•  Los terroristas quieren la publicidad.

•  El éxito táctico y la misión estratégica no están necesariamente relacionados. Una misión en particular puede fallar pero al mismo tiempo puede contribuir a los objetivos de largo alcance.

•  Los incidentes terroristas frecuentemente son usados como propaganda armada y usan violencia para su valor de impacto. El refrán palestino "si un individuo es castigado, entonces cien tendrán miedo" es aplicable.

•  Los ataques terroristas son raramente suicidas. Son profesionalmente planeadas y el terrorista es comprometido y está preparado para morir por su causa, pero normalmente no planean morir en la ejecución de su misión.

•  La cantidad numérica de terroristas normalmente no tiene importancia. Un grupo pequeño, bien organizado, armado, y con buen liderazgo puede causar muchísimo daño.

•  Los sistemas de transportación contemporáneos proveen a los terroristas los medios para incrementar sus ataques en cualquier parte del mundo.

•  El terror es una forma de guerra efectiva y barata. No es necesario tener una fuerza armada bien equipada para implementar una operación terrorista exitosa.

•  El terrorismo puede ser usado por un país pobre como su manera de guerra. Puede ser que el terrorismo sea la única manera en que un país pobre pueda atacar a una superpotencia moderna.

•  La mayoría de los terroristas contemporáneos son bien motivados, entrenados y equipados.

•  En muchos casos los terroristas son apoyados internacionalmente. Pueden ser abastecidos con armas, dinero, equipo, inteligencia, y hasta propaganda de otras naciones. La Unión Soviética, Alemania Oriental, Corea del Norte, Cuba, Libia, Irán y Siria son reconocidos por el apoyo que ellos proveen o han provisto a diferentes grupos terroristas.

El problema contemporáneo de la religión

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¿Cuál es el problema de la religión hoy? Aparentemente nuestra época parece ser emocionante, caracterizada como una nueva edad de la espiritualidad y multiplicidad de maneras de la fe. La religión, identificada como institución, está siendo sustituida extensamente por la búsqueda de una espiritualidad más personal. Esta espiritualidad parece ofrecer una perspectiva más amplia de la vida y realidad sin compromisos institucionales. Está también más abierta a la creencia y a las prácticas miradas tradicionalmente como paganas o supersticiosas. Pluralismo y diversidad es también un sello de nuestra época. Celebramos nuestras diferencias, evitando cualquier juicio en las implicaciones de varias trayectorias espirituales. Sin embargo, la religión, fe, y la espiritualidad siguen siendo problemas para nosotros.

El problema social de la religión se refleja en la aparición del fundamentalismo en varias creencias tales como Cristianismo, Islam e Hinduismo. Estos movimientos son reacciones al secularismo de usurpación estimulado por el avance del conocimiento científico.

El fervor religioso está fundido a menudo con nacionalismo y un llamado para volver a las tradiciones sagradas del grupo nativo o étnico. La religión llega a ser los medios de separar a gente y de movilizar la cohesión del grupo, ilustrada por esfuerzos recientes como el limpiamiento étnico en Serbia que marcó con tumbas a Bosnios Musulmanes contra Serbios Cristianos.

La lucha casi incesante entre Israel y las naciones árabes tiene profundas corrientes debajo del fervor religioso. El extremismo religioso de los iraníes y talibanes ha estado pulsando para su intolerancia religiosa y social. El culto de Aum Shinrikyo en Japón ha demostrado que la religión puede ser una fuerza muy destructiva. La guerra americana supuesta de la cultura tiene raíces religiosas, demostrando que la religión puede ser fuerza de gran alcance, divisiva en sociedad.

El problema de la ética y los valores en relación con temas como el aborto, los progresos biomédicos, la ecología, y la aceleración de los cambios tecnológicos destaca las ambigüedades de la vida moderna. Los temas de la conservación y el desarrollo vienen en conflicto, y los descubrimientos científicos plantean amenazas a la vida. Tienen el potencial para el gran bien, pero también gran mal.

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La mujer

Desgraciadamente, la cultura de dominio del hombre sobre la mujer que todavía persiste, está conduciendo a la agudización actual de la violencia de género, creando graves problemas en las parejas, matrimonios y en la sociedad, con muertes sin sentido, que además de lesiones y pérdidas de vidas, deja graves huellas en sus entornos familiares, vecinales y entre sus amistades, con la consiguiente fractura social que ello comporta. Asimismo afecta, tanto a las personas jóvenes como a las personas mayores, estas con más indefensión por las circunstancias de edad.

Es necesario que todos los poderes públicos, pero también la sociedad, pongan y exijan todos los medios para desterrar esta lacra social, donde las mujeres no solo afectadas, sino las demás también deben unirse, también los hombres que aborrecen estas situaciones, que son la mayoría, para la lucha decidida contra estos actos, exigiendo de todos los poderes públicos dediquen medios suficientes, leyes y actuaciones reales, para terminar lo antes posible con estas graves injusticias. Para ello es necesario plantear fórmulas que permitan crear una nueva conciencia de la necesidad de la convivencia de género en la igualdad, el respeto mutuo y la tolerancia.

Pobreza, desarrollo y derechos humanos

La Doctrina Internacional de Derechos Humanos es una concepción de mundo que busca superar todo tipo de discriminación entre los seres humanos, y que concibe que el valor de la dignidad humana tiene un talante ético de supremacía por sobre todo interés o valor doctrinal, político, o económico.

La Declaración Universal de Derechos Humanos establecida en 1948 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) consagra por primera vez en la historia derechos para todos los seres humanos en cuanto tales. Consagra derechos civiles y políticos y también derechos económicos, sociales y culturales afirmando el carácter indivisible de todos ellos. Todos son necesarios para la dignidad y el desarrollo de la personalidad de todos los seres humanos.

Sin embargo, la realidad mundial contrasta con la Declaración. Hoy asistimos a la hegemonía de un modelo de desarrollo neoliberal que margina, excluye y mantiene en la pobreza a una gran parte de la humanidad; vemos con preocupación que los procesos de globalización no respetan el medio ambiente ni los derechos ciudadanos, y en especial los derechos de los más desposeídos.

En la actualidad se puede constatar que las instancias de coordinación económica internacionales y los acuerdos comerciales deciden los destinos de los pueblos y tienen mayor gravitación que las instancias políticas nacionales e internacionales.

Vemos que la igualdad de derechos que afirma la Declaración Universal se encuentra condicionada y negada en la práctica por las directrices del poder económico mundial.

Pareciera ser que en nombre de la libertad económica de los grandes capitales transnacionales sería legítimo hoy día desmantelar completamente los sistemas de seguridad social que en variados países permitían algunos beneficios sociales para el conjunto de la población.

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La pobreza persiste para las grandes mayorías y se aloja, especialmente, en los sectores más vulnerables: mujeres, ancianos y niños.

Para la superación de la pobreza los países implementan lo que se denomina estrategias de desarrollo. Pero, la noción de desarrollo puede entenderse de variadas maneras. Esta noción tiene una vasta historia en el campo de la economía y de las ciencias sociales.

En sus comienzos su significado fue elaborado en torno a sus expresiones económicas y técnicas. En particular, esa significación le fue dada desde países e instituciones que se consideraban a sí mismos ya desarrollados, y que, por lo tanto, poseían los criterios (cuantificables), a partir de los cuales medir el grado de desarrollo del resto de las naciones.

El supuesto a la base en esta noción radica en la idea de que el progreso económico -o el crecimiento-, podía, per se, conducir directamente a otros progresos: social, político, cultural, humano.

Es la experiencia histórica quien cuestiona seriamente esta perspectiva. Es indudable que la posibilidad de un progreso ilimitado de esta índole hace crisis hoy en día ante la evidencia, por ejemplo, de los desequilibrios ecológicos, la persistencia de la pobreza, las violencias y las guerras.

Los resultados de esta forma de entender el desarrollo han sido, para la vigencia de los derechos humanos, muy graves.

La Comisión Económica para América Latina (Cepal), señaló certeramente que "...los avances tecnológicos que deberían permitir a los hombres y mujeres tener mejores empleos y recibir salarios más altos, dejando a las máquinas las tareas rutinarias, insalubres y peligrosas, se reflejan en elevadas tasas de desempleo de largo plazo, reducción sostenida de los puestos de trabajo y creación de nuevos puestos mal remunerados, concentración del ingreso y de la riqueza, acentuación de la heterogeneidad salarial, eliminación de los beneficios sociales de los trabajadores y aumento de la carga de trabajo para los que tienen el privilegio de no haber sido despedidos en el proceso de reducción de costos de las empresas."

La democracia contemporánea

Si bien existen diversos matices, según el tratamiento que de este tema hacen diferentes autores, podríamos decir que la concepción moderna de democracia, la democracia liberal, hace referencia a un sistema político basado en el poder popular en el sentido que la titularidad del poder pertenece al demos, mientras que el ejercicio es confiado a representantes periódicamente elegidos por el pueblo. Por consiguiente, el ejercicio del poder popular se resuelve en gran medida en el poder electoral. Por otra parte, la teoría clásica de la democracia liberal presupone que la existencia de un mercado y de libertades individuales en el aspecto económico es condición para que exista democracia política; esto es, que exista un país y un mercado con fronteras.

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Para esta tradición democrática liberal, el individuo es un sujeto fundante. En su calidad de ciudadano, es un sujeto político que hace conocer su voluntad para que esta sea parte de la voluntad gobernante. Al menos, delibera con el resto de los individuos en igualdad de condiciones para lograr decisiones legítimas (Held, 1990).

Esta tensión entre el individuo y "los otros", hacen de la democracia un cuerpo bicéfalo que contiene en sí misma las libertades del individuo y la soberanía de un pueblo como un todo, aún cuando esto signifique resignar libertades –y por lo tanto intereses- individuales en pos del bien común (Strasser, 2000). Libertad/ igualdad, individuo/ comunidad, ciudadano/ Estado: en la tensión entre estos polos se dirime la historia contemporánea de la democracia.

En el transcurso de esta historia, varios son los modelos de democracia discutidos a partir de la conformación de sociedades complejas, de masas, con economía de mercado, donde la democracia debe ser pensada en su forma representativa. A algunos de estos modelos que han primado en el debate contemporáneo son el modelo competitivo elitista, el modelo pluralista y la democracia participativa.

Fuentes Internet:

http://www.ull.es/publicaciones/latina/ambitos/6/4502paulina.htm

http://www.derechos.org/nizkor/la/libros/soaGU/cap6.html

http://www.snccoo.org/sn/actualidade/Opinion/OPI-20040304_(MariaTeresaPilladoMontero).pdf

http://www.sociedadcivil.cl/accion/portada/info.asp?Ob=3&Id=199

http://www.revistafuturos.info/futuros_4/democra_ciuda_1.htm

Actividad para finalizar la Unidad 1

• Identificación de los efectos de estos procesos históricos mundiales en Chile a través de la memoria de la comunidad.

Materias