La coordinación económica

Primero Medio: Unidad 4

El mercado y su funcionamiento

Oferta y demanda

El precio de un producto está determinado por un equilibrio entre la oferta (lo que se quiere producir a un precio determinado) y la demanda (lo que se desea comprar a un precio determinado)..

El modelo de la oferta y la demanda describe la interacción en el mercado de un determinado bien entre consumidores y productores, en relación con el precio y las ventas de dicho bien. Es el modelo fundamental de la microeconomía, y se usa para explicar una gran variedad de escenarios microeconómicos.

Además, sirve como base para otras teorías y modelos económicos. El primero que describió este comportamiento fue Antoine Augustin Cournot, y fue Alfred Marshall quien lo popularizó posteriormente.

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Antoine Augustin Cournot
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Alfred Marshall

Este modelo predice que, en un mercado libre y competitivo, el precio se establecerá en función de la cantidad demandada por los consumidores y la cantidad proveída por los productores, generando un punto de equilibrio en el cual los consumidores estarán dispuestos a adquirir todo lo que ofrecen los productores al precio marcado por dicho punto.

Teoría

El modelo establece que en un mercado libre, la cantidad de productos ofrecidos por los productores y la cantidad de productos demandados por los consumidores dependen del precio de mercado del producto. La ley de la oferta es directamente proporcional al precio; cuando más alto sea el precio del producto, más unidades estarán disponibles para los consumidores. Por el contrario, la ley de la demanda es inversamente proporcional al precio; cuanto más alto sea el precio, menos demandarán los consumidores. Por tanto, la oferta y la demanda pueden hacer variar el precio.

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Según la ley de la oferta y la demanda, el precio de un bien se sitúa en la intersección de las curvas de oferta y demanda. Si el precio de un bien está demasiado bajo y los consumidores demandan más de lo que los productores pueden poner en el mercado, se produce una situación de escasez, y por tanto los consumidores estarán dispuestos a pagar más.

Los productores subirán los precios hasta que se alcance el nivel al cual los consumidores no estén dispuestos a comprar más si sigue subiendo el precio. En la situación inversa, si el precio de un bien es demasiado alto y los consumidores no están dispuestos a pagarlo, la tendencia será a que baje el precio, hasta que se llegue al nivel al cual los consumidores acepten el precio y se pueda vender todo lo que se produce.

Este punto hacia el cual se mueven los precios es el punto de equilibrio, en el cual la cantidad demandada es igual a la cantidad ofrecida. Es decir, los productores están dispuestos a vender exactamente la misma cantidad de bienes que los consumidores desean adquirir.

La oferta

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La oferta es la relación entre la cantidad de bienes ofrecidos por los productores y el precio de mercado actual.

Con respecto a la variación de la oferta, el aumento o disminución de ella depende, entre otros factores, de los costos de fabricación de los bienes, de los impuestos, de los avances tecnológicos con que se cuenta en las diversas etapas del proceso productivo.

La disponibilidad de tecnología en las etapas de un proceso productivo y en diversas actividades económicas, es un importante elemento en la disminución o incremento en la oferta de determinados bienes.

Ver. PSU: Historia y Ciencias Sociales, Pregunta 19

Gráficamente, la relación entre la cantidad de bienes ofrecidos y el precio de mercado se representa mediante la curva de oferta . Debido a que la oferta es directamente proporcional al precio, las curvas de oferta son casi siempre crecientes. Además, la pendiente de una curva de oferta suele ser también creciente (es decir, suele ser una función convexa), debido a la ley de los rendimientos decrecientes.

A veces, las curvas de oferta no tienen una pendiente creciente. Un ejemplo es la curva de oferta del mercado laboral. Generalmente, cuando el salario de un trabajador aumenta, éste está dispuesto a ofrecer un mayor número de horas de trabajo, debido a que un sueldo más elevado incrementa la utilidad marginal del trabajo (e incrementa el costo de oportunidad de no trabajar).

Pero cuando dicha remuneración se hace demasiado alta, el trabajador puede experimentar la ley de los rendimientos decrecientes en relación con su sueldo. La gran cantidad de dinero que está ganando hará que otro aumento de sueldo tenga poco valor para él. Por tanto, a partir de cierto punto trabajará menos a medida que aumente el salario, decidiendo invertir su tiempo en ocio.

Este tipo de curvas de oferta ha sido observado en otros mercados, como el del petróleo: después del récord del precio provocado por la crisis de 1973, muchos países exportadores de petróleo disminuyeron su producción.

Otro ejemplo de curvas de oferta atípicas lo encontramos en las compañías de servicios públicos. Debido a que una gran cantidad de sus costos son costos fijos, el costo marginal de estas empresas es prácticamente una constante, con lo cual su curva de oferta es una recta creciente.

La demanda

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La demanda es lo que se desea comprar con un determinado poder adquisitivo.

La curva de demanda representa la cantidad de bienes que los compradores están dispuestos a adquirir a determinados precios, suponiendo que el resto de los factores se mantienen constantes (cláusula ceteris paribus ). La curva de demanda es por lo general decreciente, es decir, a mayor precio, los consumidores comprarán menos.

Los determinantes de la demanda de un individuo son el precio del bien, el nivel de renta, los gustos personales, el precio de los bienes sustitutivos, y el precio de los bienes complementarios.

La forma de una curva de demanda puede ser cóncava o convexa, posiblemente dependiendo de la distribución de los ingresos.

Como se ha dicho antes, la curva de demanda es casi siempre decreciente. Pero hay algunos ejemplos extraños de bienes que han tenido curvas de demanda crecientes.

Un bien cuya curva de demanda tiene una curva creciente se conoce como un bien Giffen o un bien Veblen. Sin embargo, la existencia real de este tipo de bienes es más que discutible, y en todo caso estaría orientada a fenómenos sociales y no puramente económicos, como la ostentación de riquezas.

Sistemas económicos

En toda comunidad organizada se mezclan, en mayor o menor medida, los mercados y la actividad de los Gobiernos. Es más, el grado de competencia de los mercados varía, desde aquellos en los que sólo opera una empresa, ejerciendo un monopolio, hasta la competencia perfecta de un mercado en el que operan cientos de minoristas.

Lo mismo ocurre en cuanto a la intervención pública, que abarca desde la intervención mínima al regular impuestos, crédito, contratos y subsidios, hasta el control de los salarios y los precios de los sistemas de economía planificada que imperan en los países comunistas.

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Incluso en las sociedades en las que se defiende a ultranza la planificación de la economía se ha tenido que modificar la postura oficial y se hacen concesiones a la empresa privada.

Por ejemplo, la antigua Unión Soviética permitía a sus agricultores, aunque fuese a través de empresas colectivas, vender las cosechas de sus parcelas privadas.

Durante la dominación comunista en Polonia, casi todas las granjas estaban en manos privadas. En la antigua Yugoslavia se permitió la gestión de las fábricas por los trabajadores bajo el mandato del mariscal comunista Josip Broz, Tito, que al mismo tiempo asentaba la evolución de su régimen hacia sistemas de economía mixta, alejados de las premisas dominantes en la Unión Soviética.

En las economías de mercado también se producen este tipo de divergencias. En casi todas existe monopolio estatal sobre las líneas aéreas y los ferrocarriles. Incluso en los países en los que el estado no tiene empresas públicas, como en Japón, su influencia sobre la actividad económica es enorme.

En los Estados Unidos, el más firme defensor de la economía de mercado, el gobierno ha tenido que intervenir para evitar la quiebra de empresas en crisis, como Lockheed y Chrysler; de hecho, ha convertido a los principales fabricantes de armamento en empresas públicas de facto.

Muchos economistas estadounidenses han tenido que aceptar la existencia de una economía mixta: combinación de iniciativa privada e intervención del gobierno.

Sistema de libre empresa

Las principales diferencias entre la organización económica planificada y la capitalista radica en quién es el propietario de las fábricas, granjas y el resto de las empresas, así como en sus diferentes puntos de vista sobre la distribución de la renta o la forma de establecer los precios.

En casi todos los países capitalistas, una parte importante del producto nacional bruto (PNB) la producen las empresas privadas, los agricultores e instituciones no gubernamentales como universidades y hospitales privados, cooperativas y fundaciones.

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Aunque existe una fuerte oposición en los países industrializados al control de precios y a la planificación de la economía, los gobiernos han tenido que recurrir a este tipo de medidas en casos de emergencia, como durante la Segunda Guerra Mundial .

Sin embargo, en las economías de libre mercado se considera que la propiedad pública de medios de producción y la intervención pública en la fijación de precios son excepciones, que se deben evitar, a las reglas de la propiedad privada y de la fijación de precios a través de mercados competitivos.

Planificación central

La visión totalmente opuesta a la anterior es la que prevalece en China y en otros países comunistas, donde predomina la tendencia hacia la planificación centralizada de la economía.

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Aunque cada vez se tolera más la existencia de empresas privadas, y a pesar de que ninguna economía planificada ha podido funcionar sin cierto grado de privatización de la agricultura, la ideología dominante favorece la planificación estatal, al menos en teoría, para fijar los precios, la propiedad pública de las fábricas, las granjas y las grandes redes de distribución públicas.

En teoría no existe ninguna razón que impida a una sociedad democrática optar por una planificación centralizada de la producción, los precios y la distribución de la renta.

Sin embargo, la experiencia demuestra que la planificación central de las economías ha ido en general acompañada del control del partido.

No obstante, existen importantes diferencias en el grado de control entre los distintos países comunistas, e incluso en un mismo país a lo largo del tiempo.

Y también se puede constatar que el capitalismo a veces ha ido acompañado de regímenes políticos totalitaristas, como por ejemplo en Chile y en Brasil.

Los principales problemas a los que se enfrenta el capitalismo son el desempleo, la inflación y las injustas desigualdades económicas. Los problemas más graves de las economías planificadas son el subempleo o el masivo empleo encubierto, el racionamiento, la burocracia y la escasez de bienes de consumo.

Economías mixtas

En una situación intermedia entre la economía planificada y la economía de libre mercado se encuentran los países socialdemócratas o liberal-socialistas. Entre ellos destacan las democracias de los países escandinavos, sobre todo Suecia. En este país la actividad económica recae en su mayor parte sobre el sector privado, pero el sector público regula esta actividad, interviniendo para proteger a los trabajadores y redistribuir la renta entre los de mayores y los de menores ingresos.

Por otra parte, la antigua República Socialista de Yugoslavia constituyó otro ejemplo importante de economía mixta entre la década de 1950 y la de 1980. Aunque el partido comunista institucional seguía ejerciendo un férreo control, la censura fue escasa, la emigración no estaba prohibida, existía libertad de cultos y una mezcla de propiedad pública, cooperativismo y propiedad privada, que crearon una economía bastante próspera.

Ver: Tipos de economía: mapa conceptual

Ver: PSU: Historia y Ciencias Sociales,

Pregunta 11

Pregunta 20

Problemas económicos actuales

Entre 1945 y 1973 las economías de los países industrializados de Europa occidental, Japón y los Estados Unidos crecieron lo suficiente para aumentar el nivel de vida de sus ciudadanos. En algunos países menos industrializados también se produjo un crecimiento similar, sobre todo en los del sureste asiático como Taiwan, Hong Kong, Singapur y Corea del Sur.

Este crecimiento se debió a una serie de circunstancias. Tras la destrucción del tejido económico ocurrida durante la Segunda Guerra Mundial, se produjo una expansión económica sin precedentes, gracias, entre otras, a la ayuda financiera que Estados Unidos concedió a los países de Europa occidental y a Japón.

Las  multinacionales estadounidenses realizaron fuertes inversiones en todo el mundo. Es probable que los factores que más contribuyeron a su desarrollo fueran los bajos precios y la abundancia de los productos energéticos (sobre todo petróleo).

Problemas energéticos

En 1973 la creciente demanda internacional de petróleo hizo que los precios se dispararan. Ese año la Organización de países exportadores de petróleo (OPEP), que controlaba la producción mundial, aprovechó su poder para elevar los precios.

Las políticas llevadas a cabo por la OPEP redujeron las posibilidades de crecimiento económico tanto de los países industrializados como de los países en vías de desarrollo que no tenían reservas petrolíferas.

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El barril de petróleo bruto costaba en el otoño de 1973 dos dólares; a mediados de 1981 su precio se había multiplicado por 20. Para los países ricos, las importaciones de petróleo suponían una transferencia de rentas y riqueza a los países de la OPEP.

Los países en vías de desarrollo importadores de petróleo tuvieron que acudir a la financiación de los grandes bancos de Europa occidental y de Estados Unidos.

Asfixiados por el pago de intereses, los países menos industrializados se han visto obligados a frenar sus planes de desarrollo.

Aunque la gran caída de los precios energéticos durante la segunda mitad de la década de los ochenta benefició a los consumidores de los países importadores, supuso un grave quebranto para los ingresos de los países exportadores menos desarrollados, como México, Nigeria, Venezuela e Indonesia.

Inflación y recesión

Algunos de los países más desarrollados, como Japón y Alemania (ahora perteneciente a la unificada República Federal de Alemania), lograron superar la crisis de las décadas de 1970 y 1980 mejor que el resto de los países. Sin embargo, todos los países desarrollados han tenido que enfrentarse al problema de una alta inflación acompañada de altas tasas de desempleo y escaso crecimiento económico.

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La transformación que impuso la OPEP en el mercado energético mundial agravó los problemas de inflación al elevar los precios del petróleo y, por lo tanto, aumentar el costo de la calefacción y de la producción de importantes bienes que utilizan petróleo en sus procesos de producción, entre los que hay que destacar los fertilizantes químicos, los productos plásticos, las fibras sintéticas y los productos farmacéuticos.

Estos precios elevados reducían el poder adquisitivo de la misma manera que lo hubiese hecho un impuesto alto sobre la renta. La pérdida de poder adquisitivo hizo que el volumen de ventas de bienes de consumo disminuyera, lo que provocó el despido de numerosos trabajadores y la ruina de otros tantos comerciantes, lo que produjo un efecto en cadena perjudicial para toda la economía.

Economías en vías de desarrollo

Los países menos industrializados necesitan la ayuda de los países ricos para poder generar el capital, la tecnología y la organización necesarios para desarrollarse. Asimismo, es necesario que puedan acceder con facilidad a los mercados de los países industrializados para vender sus productos manufacturados y las materias primas que poseen. Sin embargo, la capacidad política de los países ricos para atender estas necesidades depende de que puedan solucionar sus propios problemas, como la inflación, el desempleo y el estancamiento del crecimiento.

En los países democráticos, es muy difícil lograr el apoyo de la población para conceder ayuda financiera a otros países cuando el salario medio de los ciudadanos es reducido. Tampoco resulta fácil permitir la entrada de productos del exterior más baratos cuando se considera que son la causa del desempleo nacional. La economía del desarrollo está muy limitada por consideraciones de tipo político.

El rol del estado en la economía

Antecedentes

El debate, tanto en aspectos normativos como positivos sobre el papel del Estado en las economías modernas, se ha intensificado en la última década, dando lugar a acuerdos en algunas áreas.

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La discusión ha evolucionado desde la concepción a favor de que el Estado debía intervenir en todos los ámbitos de la actividad económica —bajo la óptica de un Estado paternalista y perfecto—, hacia favorecer las bondades del libre mercado -calificando al Estado como un mal asignador de recursos-.

Los extremos han dejado de ser válidos. En su momento, la razón para justificar la intervención estatal fue la existencia de fallas de mercado, y luego fueron las fallas de gobierno las que hicieron cuestionar la intervención estatal.

"Existe un creciente consenso sobre el rol que el gobierno puede jugar en los esfuerzos exitosos de desarrollo, pero también existe un reconocimiento sobre las fallas en lo relativo a la efectividad de las actividades de gobierno" (Stiglitz, 1998), por lo que el debate estéril de Estado versus Mercado cambió a uno fundamental: la efectividad del Estado.

La principal conclusión que se desprende de la existencia de fallas, tanto de mercado como de gobierno, es que el rol del Estado debe ser dinámico y ajustado a su capacidad de responder a los desafíos, evaluada en función de la fortaleza de sus instituciones.

A este respecto existe relativo acuerdo sobre el rol del Estado en la provisión de bienes públicos, y desacuerdo en la forma que debe proveerlos y su participación en la promoción del desarrollo.

El tamaño y funciones del Estado dependen de la cultura, entorno, oportunidades y distribución de poder. En países con instituciones débiles, los Estados deben focalizarse en cumplir con funciones básicas, más que en funciones de intervención directa.

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Seis funciones importantes del Estado

De forma general, Stiglitz establece como funciones básicas del Estado:

• Promover la educación, para derivar en una sociedad más igualitaria y facilitar la estabilidad política.

• Fomentar la tecnología.

• Brindar soporte al sector financiero, principalmente a través de la diseminación de información.

• Invertir en infraestructura: instituciones, derechos de propiedad, contratos, leyes y políticas que promuevan la competencia.

• Prevenir la degradación ambiental.

• Crear y mantener una red de seguro social.

En economías en desarrollo el gobierno debe jugar un rol especial, dada la débil institucionalidad de mercados y la existencia de severos problemas de información. Dicho papel deberá realizarlo brindando los incentivos correctos para la eficiencia de la actividad económica, el fortalecimiento de la infraestructura institucional y la provisión de servicios básicos.

Efectividad del Estado

A pesar de que el Estado puede apoyar la promoción del desarrollo, también puede originar grandes daños, derivados de los errores en la aplicación de reglas que crean incertidumbre. En tal sentido, el Estado debe incrementar la eficiencia y eficacia en el desempeño de sus funciones.

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Debido a la escasez de recursos y la debilidad de las instituciones en los países en desarrollo, el Estado debe enfatizar su accionar en áreas estrictamente necesarias para que, a pesar de las restricciones existentes, los resultados sean óptimos.

En estas circunstancias cabe hacerse algunas preguntas: ¿Qué puede decirse acerca del proceso de toma de decisiones? ¿Qué hacer con las potenciales fallas de mercado que obviamente la intervención estatal no aliviará? ¿Qué arreglo institucional permite un mejor desarrollo del mercado? ¿Cómo interactúan en el desarrollo las políticas y las instituciones?

Las respuestas a esas preguntas dependen también de la dinámica del Estado, generalmente caracterizada por las siguientes acciones:

• Derroche de recursos por la existencia de privilegios: Se crean rent-seekers en cuyas circunstancias si el aparato institucional es débil, el Estado queda expuesto a presiones de grupo, generando corrupción e impunidad.

• Grupos de poder e intereses que hacen lobby para incrementar acuerdos favorables a ciertos sectores.

• Intereses propios de grupos dentro del gobierno, que generan un comportamiento maximizador de los burócratas.

Las consideraciones anteriores indican que el Estado puede mejorar su acción a través de:

• Restringir sus intervenciones a aquellas áreas que evidencian influencia significativa y sistemática de intereses particulares de grupos de presión. Un ejemplo del pasado fue el otorgamiento de cuotas de importación, con el objetivo falaz de regular los precios internos de algunos productos. El resultado fue una excesiva distorsión en el sistema de precios, y la sistemática presión de grupos privilegiados que se beneficiaban, oponiéndose a la liberación comercial.

• Fortalecer la idea de un Estado a favor de la promover la competencia.

• Evitar la secretividad en la toma de decisiones a través de la difusión de información, e incentivar la transparencia, tanto en la formulación como en la ejecución de políticas. A este respecto, el gobierno necesita tener un balance entre la experiencia y la representatividad.

• Promover la provisión de bienes públicos mediante mecanismos de mercado, que incluyan la participación del sector privado y de organizaciones no gubernamentales.

• Diseñar mecanismos en el uso de información de mercado para la toma de decisiones públicas.

En conclusión, la definición del rol del Estado debe tomar en cuenta características tales como: la existencia y capacidad de instituciones para ejecutar políticas, la dinámica de las transformaciones económicas (la globalización, por ejemplo), los actores políticos, y sobre todo, las ventajas comparativas que posea.

Dentro del entorno y la efectividad de las políticas, uno de los instrumentos en donde se refleja el papel que podría jugar el Estado es el presupuesto de ingresos y egresos. En aquí donde se identifica la política fiscal a seguir, elemento clave en la conducción de los gobiernos.

Cabe señalar que a pesar de la importancia de la política fiscal, no constituye el único elemento para juzgar el rol del Estado, sino existen otros, tales como la política monetaria, cambiaria, comercial y una serie de instituciones que permiten u obstaculizan el actuar de los agentes económicos.

Fuentes Internet:

http://es.wikipedia.org/wiki/Oferta_y_demanda

http://www.asies.org.gt/economico/proyecto-presupuesto/rol-estado.htm