Anaxímenes

Discípulo de Anaximandro (586-525), nacido posiblemente en Mileto, prosiguió con el intento de su maestro y de Tales de buscar el principio de la naturaleza física.

Parece que también escribió una obra titulada "Sobre la naturaleza", escrita en una prosa de estilo muy sencillo, donde se defiende que dicho principio se encontraba en el aire , y no en el agua.

Esta vuelta a un elemento determinado supone, según algunos, un retroceso en el nivel de explicación filosófica ya que no se trata de un principio tan abstracto como el de Anaximandro, si bien Anaxímenes le atribuye a ese aire primordial las características de infinitud y de movimiento perpetuo propias del ápeiron.

Anaxímenes

Anaxímenes, por otro lado, sí que avanza al intentar detallar el proceso por medio del cual el aire se transforma en cualquier otra cosa. Así, afirma que, del aire, al evaporarse, surge el agua, y de las nubes surge el fuego (rayos).

Ese aire es también el "alma" de los hombres ( psique etimológicamente significó primeramente "soplo de aire" y posteriormente "vida").

Ese aire es el fundamento último del hombre y de todo el cosmos físico, no sólo en sentido material, pues sobre el aire se encuentra suspendida la Tierra, sino en un sentido vital, como se puede deducir de sus palabras: "Tal como nuestra alma, que es aire, nos sostiene, así el soplo y el aire circundan el mundo entero"

(Anaximenes: La Tierra flota sobre el aire, el sol no se pone bajo el límite (de la tierra), pero es ocultado por las partes más altas de la tierra).

Anaxímenes fue un gran observador y realizó experimentos sobre la dilatación de los cuerpos, al calentarse el aire, así como su concentración, al enfriarse; de esta forma, lo frío y lo caliente se relacionan directamente, y no son sustancias independientes.

Todos los seres, incluso los corpóreos, están formados por aire, más o menos condensado.

Respecto a su concepción sobre la forma y naturaleza de la tierra y de su posición respecto al sol, él creía que la primera flota en el aire y que el sol no pasa por debajo de ella, pero es ocultado sólo por las altas montañas.

Anaxímenes sostenía también el hilozoísmo, y pese a sus opiniones, que pueden parecer hoy ingenuas, supuso un serio intento para superar la explicación mítica y acceder a una intelección racional de la realidad física.