Jaime Atria Ramírez

Nació en Santiago de Chile el 13 de febrero de 1919. Hijo de Arturo Atria Osorio, prestigioso médico, y de Ambrosina Ramírez, Jaime fue décimo entre doce hermanos.

Su educación secundaria la completó en el Liceo Alemán de Santiago, y luego pasó a estudiar Derecho en la Universidad de Chile, de donde egresó para realizar su práctica; sin embargo, no se tituló.

En 1948 se casó con Alicia Rosselot Siegmund, con quien tuvo ocho hijos, cuatro varones y cuatro mujeres. El matrimonio se separó en 1964. Posteriormente, inicia una relación con Gloria Spoerer Andrews, y fruto de ella nació, en 1974, una niña, que sería su noveno hijo.

La música fue su gran pasión, y por eso comenzó a componer desde pequeño; así, su canción “Niña”, que fuera grabada por Jaime Soval en 1964, fue compuesta a la edad de catorce años.

Muy joven, formó el grupo "Los Queretanos", dedicado a interpretar temas mexicanos, de gran arraigo tanto en sectores populares como altos de la época, e incluso algunos temas compuestos por él mismo. El conjunto tuvo destacadas actuaciones en radioemisoras y escenarios de entonces.

En 1960 el conocido conjunto nacional "Los Huasos Quincheros"grabó dos canciones suyas: "Silenciosamente" y "Noche Callada", esta última de gran éxito en Chile y México en la década del 60. Con ella participó y ganó el Festival de la Gran Canción, organizado por Televisión Nacional de Chile, con  una notable versión de la cantante nacional Myriam.

En 1961 obtuvo el primer lugar en la competencia folclórica del Festival de Viña del Mar con la cueca "La Consentida", sin duda la más emblemática de todas las cuecas chilenas. Venció también en la competencia internacional del Festival de Viña de 1966 con el tema "Por creer en ti", de co-autoría con Marco Aurelio. Obtuvo destacada participación en otras versiones del mismo festival, con segundos y terceros lugares, tanto en género folclórico como en internacional.

En 1971, en el mismo festival, se presentó con la cueca "La Violeta y la Parra", homenaje póstumo a la conocida folclorista Violeta Parra. Con Violeta había trabado alguna relación profesional, e incluso Atria había interpretado su música en la muy popular Carpa-Peña de la compositora.

"La Violeta y la Parra" fue interpretado por Villadiego, y de inmediato gozó de la preferencia del público, destacando como la primera cueca que incluía una completa orquestación, y por su innovadora métrica. Insólitamente, el tema fue  descalificado debido a una absurda acusación de plagio. Como era de esperar, la acusación no prosperó y generó airadas reacciones de los especialistas. Hoy día es considerada una de las grandes cuecas nacionales.

Autor que incursionó en variados géneros musicales, compuso también sambas, ritmos tropicales, tonadas, ritmos de folclore nortino y sureño, etc., por lo que su producción alcanza fácilmente los trescientos temas. Por ello no extraña que Jaime Atria se presentara en innumerables y destacados festivales en Chile y el exterior. Por ejemplo, fue el representante nacional en el Festival de Río, en Brasil, en 1966, y jurado en el mismo Festival al año siguiente.

En Chile, el prestigioso Festival de Angol otorga anualmente un premio que lleva su nombre, no sólo por el significado que tiene en el ámbito de la música nacional, sino por la colaboración que prestara en la difusión de dicho evento de la música criolla.

Fue miembro fundador de la Sociedad de Autores y Compositores de Chile. Atria compuso más de mil canciones, de las que 250 fueron grabadas por intérpretes como Ester Soré, Silvia Infantas, "Los Huasos Quincheros", Sonia y Myriam y Lucho Gatica.

Colaboró también en muchas otras actividades en el mundo de la música. Entre 1960 y 1970 fundó numerosos festivales estudiantiles y colaboró en muchos otros.

Paralelamente a sus actividades musicales, Jaime Atria trabajó en distintos ámbitos del sector público y privado, como la Corporación del Cobre, la Comisión Coordinadora Para la Zona Norte, la Municipalidad de Las Condes, la Compañía Minera Sahli Hochschild, y otras, fundamentalmente en Relaciones Públicas. Fue socio-fundador del Club Santa Rosa de Las Condes (de la Universidad Católica) y del Club de Yates de Papudo, y perteneció además al Círculo de Periodistas.

De carácter alegre, simpático y amistoso desde su infancia, familiares y amigos le recuerdan muchas anécdotas singulares.

Así, por ilustrar con un ejemplo, "Los Huasos Quincheros" cuentan de una ocasión en Nueva York cuando, molestos los vecinos por los cantos y la bulla que tenían los chilenos en su habitación, llamaron a la policía.

Al llegar la autoridad, el compositor Atria y uno de los del conjunto se escabulleron y salieron del edificio. Al ver el vehículo policial estacionado y con las llaves puestas, Atria se subió, arrancó el motor, ¡y se dio una vueltecita!

Desgraciadamente, el cáncer lo hizo su víctima, y luego de una larga y penosa enfermedad, falleció en Santiago el 13 de marzo de 1984, a la edad de 65 años. Sus restos descansan en el Mausoleo de la familia en el Cementerio Católico de Santiago.

Fuente:

Información biográfica proporcionada por José Ignacio Atria Rosselot.

La Violeta y la Parra

Cueca

Jaime Atria

Es mi patria una Violeta,
cantando se vino, cantando se fue
nació junto de una parra,
cantando se vino, cantando se fue
nació junto de una parra.

Y pa´ser la más hermosa
cantando se vino, cantando se fue
Dios le dio voz y guitarra,
cantando se vino, cantando se fue
en mi Patria una Violeta

(VUELTA)

Cantó a los corazones
de los chilenos,
cantando se vino, cantando se fue
cantándole al mundo entero.
Cantando se vino, cantando se fue
corazón de los chilenos,

(VUELTA)

De los chilenos, ¡si!
que están llorando,
cantando se vino, cantando se fue
porque ya no está cantando.
Alma, voz y guitarra
Violeta Parra.


Noche Callada

Bolero

Jaime Atria

Dime si acaso en tus sueños
te acuerdas de mí,
si ya que te has ido
comprendes que todo
mi amor te lo di.

Dime si acaso en tus sueños
te acuerdas de mí,
si ya que te has ido
comprendes que todo
mi amor te lo di.

Coro:

Saber
que no te importa ya
aquel cariño inmenso
que te di.
Que ya no valen nada
mi pena y mi sufrir,
que ni recuerdos
quedan de este amor
que en mis noches calladas
a tu alma entregué
y ahora en silencio
después que te has ido,
triste lloraré.

Mira que mis pensamientos
van sólo hacia ti,
que es tuya la dicha
y es tuya la pena
de mi cruel vivir.

Mira que mis pensamientos
van sólo hacia ti,
que es tuya la dicha
y es tuya la pena
de mi cruel vivir.

Coro:

Triste lloraré,
triste lloraré.