Fernando VI

Rey de España entre 1746 y 1759. Hijo de Felipe V y de su primera esposa, María Luisa Gabriela de Saboya,nació en Madrid el 23 de septiembre de 1713, heredó el trono español a la muerte de su padre. Melancólico y depresivo como él, también tenía que recurrir a la terapia de la música, cultivada en su corte por Farinelli y Domenico Scarlatti.

De igual forma que Felipe V, estuvo dominado por su mujer, la portuguesa Bárbara de Braganza.Dispuso de ministros españoles eficaces: el marqués de la Ensenada, que ejerció varias secretarías; José de Carvajal como secretario de Estado; o el jesuita Francisco Rávago en el cargo decisivo de confesor real. Todos ellos componían un equipo que tenía programas reformistas de gobierno.

Su política internacional fue de paz y neutralidad armada, resistente a las solicitaciones de Francia e Inglaterra. Logró el Concordato regalista de 1753, beneficioso para el control de la Iglesia puesto que atribuía al rey el patronato universal. La política americana fue también positiva y productiva en sus aportaciones al tesoro.

Con Portugal se ajustaron acuerdos coloniales en el Tratado de Madrid de 1750, por el cual los portugueses cedían, al norte del río de la Plata, la colonia del Sacramento, pero a cambio de territorios cercanos donde estaban asentadas varias reducciones jesuíticas de los indios guaraníes que tenían que ser deportados a otros lugares y eran hostiles a ser dominados por Portugal. El forcejeo de unos y otros no evitó el cumplimiento parcial de lo estipulado, que con Carlos III se revisaría. Las resistencias de los indios y ciertos informes de algunos jesuitas con este motivo de las reducciones prestarían argumentos contrarios a la Compañía de Jesús a la hora de su expulsión.

En el interior se fomentó la construcción naval para la Armada, siguiendo la política de José Patiño y potenciando la puesta a punto y la producción de los astilleros de El Ferrol, Cartagena y Cádiz. Además de estas obras públicas, se fomentaron otras, como la construcción de caminos, la apertura del puerto de Guadarrama, o las de regadío, iniciadas con el comienzo de la construcción del canal de Castilla.

La política cultural, como continuidad de la de monarcas anteriores, cuajó en misiones al extranjero, para recabar información industrial y para la formación de estudiosos, que resultaron decisivas para la penetración de la Ilustración y como ruptura ya definitiva del aislamiento en que estuvo sumida España desde 1559. En 1754 este equipo de gobierno desapareció con la muerte de Carvajal y con el alejamiento del marqués de la Ensenada, hostigado por agentes ingleses y aborrecido por las aristocracias, representadas en el intrigante duque de Huéscar (pronto de Alba). No tardaría en ser desposeído del confesionario regio (plataforma de poder no sólo eclesiástico) el jesuita Rávago. El gobierno posterior, encabezado por Ricardo Wall, más anglófilo, fue también más oscuro y se encaminó hacia la ruptura de la neutralidad anterior.

El último año de su vida, y a consecuencia de la muerte de su impopular esposa en 1758, Fernando estuvo encerrado en Villaviciosa de Odón (Madrid), sumido en profunda locura, con la administración paralizada y una España sin rey, pese a lo cual la monarquía siguió funcionando hasta su muerte, ocurrida el 10 de agosto de 1759, cuando llegó de Nápoles su hermano Carlos, el futuro Carlos III para hacerse cargo del trono.

Fuente:

Enciclopedia Encarta

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