León Tolstoi

En la actualidad, Liev Nikoláievich Tolstói es considerado como uno de los escritores con más fuerza moral del siglo XIX.

Conocido por su nombre latinizado de León Tolstoi, nació en Yásnaia Poliana, ubicada en el óblast de Tula, en 1828.

Los Tolstói eran una conocida familia de la antigua nobleza rusa. León fue el cuarto de los cinco hijos del conde Nikolái Ilich Tolstói y la condesa Mariya Tolstaya.

Sus padres murieron cuando él era un niño. Fue criado en la hacienda familiar de Yásnaia por unas tías que, a pesar de ser muy religiosas, mostraban gran interés por la cultura y le pusieron bajo la tutela de preceptores extranjeros.

En 1844 se matriculó en la Universidad de Kazán, donde inició su carrera de Derecho y lenguas orientales; pero al cabo de tres años, decepcionado por los arcaicos métodos de enseñanza vigentes en su país, abandonó estos estudios superiores.

Decidió, entonces, completar personalmente su formación cultural, volcado hacia un torrente de lecturas que fueron perfilando sus conocimientos, a la vez que sentaban las bases de su estilo literario y ahondaban en los temas básicos de su posterior producción literaria.

Frecuentaba por esos años los centros literarios de Moscú y San Petersburgo, a la vez que redactaba un diario íntimo cuya composición prolongó a lo largo de casi toda su vida.

En 1852 se enroló en acciones bélicas en el Cáucaso, y posteriormente participó como oficial en la Guerra de Crimea, cuyos desastres le surtieron de inspiración para varios relatos, en los que describía los horrores de la guerra y el comportamiento heroico de los soldados rusos, no así el de los oficiales.

Poco después de ser testigo del sitio de Sebastópol, donde los muertos y heridos en combate o por enfermedad alcanzaron el número de ciento dos mil, se reintegró a la frívola vida de San Petersburgo, sintiendo un gran vacío e inutilidad.

Tolstói tuvo una importante influencia en el desarrollo del movimiento anarquista, concretamente, como filósofo de la corriente anarquista cristiana y anarco-pacifista.

En 1856, de regreso a San Petersburgo, fue recibido como un escritor consagrado. A partir de este año, inició una serie de viajes por Europa Occidental: Francia, Suiza, Alemania, Italia e Inglaterra, en los que trabó contacto con grandes personajes contemporáneos suyos.

Vuelto a su Rusia natal, imbuido del espíritu progresista que animaba Europa y de la ideología populista difundida entonces entre los intelectuales rusos, retomó sus antiguos proyectos socio-pedagógicos y fundó en su lugar de origen una escuela que valoraba, por encima de todo, la libertad de expresión del educando.

Al mismo tiempo que se consagraba, en su aldea natal, a la educación de los hijos de los campesinos, iba escribiendo y publicando narraciones como Lucerna, Tres muertes y Felicidad conyugal.

En 1852 contrajo matrimonio con Sofía Andréievna Bers, con la que tuvo trece hijos, cuya amorosa disposición conyugal le proporcionó el equilibrio necesario para ahogar sus constantes inquietudes y aprovechar la pródiga fecundidad de su pluma.

Así, publicó una de sus mejores obras, Los cosacos, completada y alargada a partir de 1865, cuatro años después se convertiría en su obra magna: Guerra y paz.

Guerra y paz, monumental plasmación del período histórico ruso conturbado por la invasión de las tropas de Napoleón, está considerada no sólo como la mayor epopeya rusa del siglo XIX, sino también como una de las obras cumbres de la narrativa mundial de cualquier época.

El 10 de noviembre de 1910, a escondidas, abandonó su hacienda y partió en solitario para recluirse en algún apartado lugar donde no pudiera gozar de ninguno de los privilegios que aún consideraba que tenía. Pero enfermó durante el viaje, y murió en la pequeña estación ferroviaria de Astápovo.

Tolstói fue un escritor complejo, debido a que fue un ser humano esculpido por la vida, áspero, directo, eficaz en trasladar sus pensamientos al mundo que todos compartimos; conoció a Gandhi, con quien mantuvo una relación epistolar, este, basó su postura de la no violencia en la filosofía de Tolstói, y esta filosofía no es nada menos que su propia experiencia de vida; mantuvo correspondencia con Dickens, Proudhon, el zar Nicolas II; sus más de  diez mil cartas se encuentran en el museo epistolar Tolstói en Rusia.