Federico García Lorca

Nació en Fuente Vaqueros -pequeña población rural situada a orillas del Genil, a siete kilómetros de Granada- 5 de junio de 1899. Su padre era un rico labrador que poseía una finca, Callejones de García, en la fértil vega que rodea a la ciudad de la Alhambra, y una confortable mansión, ubicada en la mejor situación de Granada. De su madre, doña Vicenta Lorca, una excelente pianista, recibió sus primeras nociones musicales, que más tarde perfeccionó con su padrino, do n Manuel de Falla.

En los primeros años de su infancia, Federico sufrió un amago de parálisis infantil. Su niñez, vivida en contacto íntimo con la tierra, entre los olivares y almendrales de la heredad paterna, en constante frecuentación con los gañanes, arrieros y pastores de la llanura vecina, le dejó en el espíritu imágenes fuertemente grabadas que más tarde iba a resucitar en sus dramas populares.

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Cuando tenía diez años, sus padres lo llevaron con su hermano Paco y sus dos hermanas, a Granada. Allí cursó su bachillerato e ingresó a la Universidad. No fue un alumno brillante, pues más que las leyes lo atraían las zambras y las fiestas gitanas del Albaicín y del Sacro Monte. Pero en la universidad tuvo por maestro a don Fernando de los Ríos y Urruti, quien ejerció una gran influencia en su vida. De una excursión realizada con don Fernando y un grupo de estudiantes a Castilla resultó su primer libro: "Impresiones de Viaje".

Fue don Fernando quien aconsejó a los padres de García Lorca sobre la necesidad de enviar a su hijo a Madrid, donde Federico ingresó a la Residencia de Estudiantes frecuentada por todos los escritores y artistas de paso en la capital.

García Lorca llegó a Madrid, en 1919, poco después de concluida la Primera Guerra Mundial y en medio de la agitada atmósfera que había dejado la paz. Allí publicó sus “Impresiones de Viaje, vivió una etapa de bohemia en los cafés y barrios bajos de la ciudad y estrenó, gracias a la intervención de Gregorio Martínez Sierra, quien le abrió las puertas del teatro Eslava, su primera obra, ingenuamente titulada "El maleficio de la mariposa". La obra fue un fracaso estrepitoso.

Fatigado del ambiente cosmopolita de Madrid. García Lorca decidió regresar a Granada, donde obtuvo la licenciatura en Derecho (1923) e inició su "Teatro de Cachiporra" o de títeres, cuyas representaciones se hacían en su propio hogar.

Después se dedicó a recorrer Andalucía y Castilla recopilando viejas canciones populares que luego transcribió en compañía de Manuel de Falla, y organizo el primer concurso de Cante Jondo, celebrado en la Alhambra, en medio de gran pompa y al cual concurrieron los mejores cantaores, cantaoras y guitarristas de toda España.

El Cante Jondo, con sus diferentes formas, proporcionó a García Lorca el material para el libro que con este título publicó diez años más tarde (1931).

Entretanto, en 1921, García Lorca había publicado “Canciones" y "Libro de Poemas", de los que comentó más tarde: "Mi primera poesía fue la cosa menos andaluza que se puede esperar de un poeta andaluz. Fue el producto de mis escritos en prosa”.

Pero en 1928, con su "Romancero Gitano", se afirmó definitivamente como la fuerza renovadora más vital de la poesía contemporánea española. Libro breve, inquietante y sensual, en que resuc­itó el romance clásico hispano, en él aparecen los temas típicos de la obra lorquiana: la luna, la sangre y la muerte, y figuran algunos de los trozos clásicos de la poesía ''gitana", entre ellos “El prendimiento de Antoñito, el Camborio” y “La casada infiel''.

El año anterior a su "'Romancero", en 1927, García Lorca estrenó su segunda obra teatral: "Marianita Pineda", romance popular en tres estampas.

Entre los años 1928 y 1929, en que surgió en España una nueva generación de poetas, García Lorca asumió, en Granada, la dirección de la revista "Gallo", de vida efímera, pero trascendental en la evolución de la sensibilidad española.

En 1929, deseoso de emociones nuevas, García Lorca se embarcó para Nueva York donde experimentó el choque violento de la civilización de los rascacielos y de concreto.
El choque de su sensibilidad andaluza con el dinamismo de Nueva York, le inspiró a García Lorca un tipo de poesía surrealista, diferente de la habitual en él.

Luego de pasar por México y Cuba, regresó a España y en diciembre de 1930, es decir, tres años después de '"Marianita Pineda", estrenó en el Teatro Español de Madrid su "Zapatera Prodigiosa".
En 1933, García Lorca estrenó "Bodas de Sangre", la tragedia de la pasión desbordada, y el tema de la muerte del jefe y el primogénito de una familia, marcados ambos por el destino.

Aquel mismo año Federico García Lorca fue a Buenos Aires para dirigir los ensayos de “La Zapatera Prodigiosa", de “Marianita Pineda" y "Bodas de Sangre". En la capital argentina García Lorca se convirtió en la figura más popular de los centros artísticos e intelectuales. En audiciones privadas dio a conocer dos farsas: "El Amor de don Perlimplín y Belisa en su jardín” y el "Retablillo de Don Cristóbal".

Al regreso de García Lorca a España, en agosto de 1934, se produjo la muerte de su amigo Ignacio Sánchez Mejías, el célebre torero aficionado a las letras y al teatro, quien inspiró las dos más bellas elegías de la poesía española contemporánea: “El Llanto por Ignacio Sánchez Mejías", de García Lorca, y “La Cogida y la Muerte", de Rafael Alberti.

En 1935 se estrenó "Yerma", la tragedia de la maternidad frustrada. Y en abril de 1936, se dio a conocer en España el último estreno realizado en vida del poeta: "Doña Rosita, la Soltera" o "El Lenguaje de las Flores", llamada "la alegoría del olvido". Desprovista de la violen­ta fuerza dramática “Bodas de Sangre" y realizada en tono menor, “Doña Rosita, la Soltera" es una obra maestra en su género, un drama en que la tristeza y la ironía se combinan con una punzante amargura.

En agosto de 1936, cuando García Lorca iba a cumplir 37 años de edad y en una fecha no precisada, fue fusilado por los nacionalistas en las afueras de Granada. Al estallar la Guerra Civil, García Lorca se hallaba en Callejones de García. Un día, hacia fines de julio mientras visitaba a un amigo comerciante, fue arrestado por los soldados franquistas. Después de algunos días en la cárcel, lo sacaron de allí y lo condujeron al cementerio, donde fue fusilado. Los detalles precisos de su fusilamiento nunca fueron revelados.

Es el hecho que su muerte, por las circunstancias dramáticas en que se produjo, convirtió su nombre en bandera de la causa republicana, a la vez que dio origen al más espectacular auge que en América hayan alcanzado­ su teatro y su obra toda.

Entre sus manuscritos se encontraron varias obras inéditas que fueron representadas después de su muerte. Entre ellas: “Así Pasen Cinco Años" y "La Casa de Bernarda Alba", estrenada en América del Sur, en 1946, cerca de diez años después de la muerte del poeta.

“La casa de Bernarda Alba" es el drama de la virginidad. La heroína, Bernarda Alba, es una mujer indomable, violenta y fanática, quien, después de la muerte de su marido, se ha recluido en su casa de la llanura de Castilla, que ella gobierna con mano rígida, obsesionada por la preocupación de defender el honor de sus cinco hijas. Completan aquel hogar de mujeres solas la madre de Bernarda, una especie de loca, y su criada, Poncia. El hombre es allí el enemigo deseado y despreciado a la vez, y las muchachas no deben jamás mirar ni hablar a ninguno.

Considerado por algunos mejor poeta que dramaturgo y por otros a la inversa, ambas formas de expresión se unen estrecha­mente en la obra de García Lorca, al punto de que cada cual participa de los elementos de la otra. Su teatro es poético, a la vez que su poesía es esencialmente dramática.

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