Cactus

El cactus pertenece a la familia de las cactáceas, que agrupa a todas las plantas que tienen espinas, tallos suculentos (gruesos).

Estas plantas habitan en zonas desérticas y están totalmente adaptadas a ese medio seco,  por lo que tienen bajos requerimientos de agua.

Entre sus adaptaciones más importantes están sus hojas que han sido modificadas a espinas para evitar la mayor superficie transpiratoria que existe en una hoja extendida.

Las flores de los cactus suelen ser grandes y vistosas, y se presentan aisladas en lugar de agrupadas en inflorescencias.

En los desiertos, las plantas suelen estar muy separadas unas de otras.

Los tallos, espinosos, son gruesos y son carnosos, adaptados para la acumulación de agua; muchos tienen una forma que conduce el agua de lluvia directamente a las raíces.

Las raíces del cactus  son extensas y superficiales, para absorber la mayor cantidad posible de agua de una gran superficie.

El fruto suele ser carnoso y de color vivo y son importantes fuentes de alimento y bebida en muchas de las zonas donde crecen estas plantas.

Cactus copiapae, típico del norte chileno.

Como exigen pocos cuidados y adoptan formas muy extrañas, se han convertido en plantas de interior muy apreciadas, trayendo como consecuencia el que algunos cactus estén en peligro de extinción como el cactus chileno (Horricactus curvispinus) que habita entre Coquimbo y Santiago, en los cerros de exposición norte (están más expuestas al sol) y florece de octubre a diciembre.

El quisco, otra especie de cactus del norte de Chile .

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