Navidad

La palabra Navidad es una abreviación de natividad, es decir, de nacimiento. Con ella se designa la fiesta del 25 de diciembre, fecha en la que el mundo cristiano conmemora el nacimiento de Jesucristo, el Hijo de Dios, hace unos dos mil años.

Niño Jesús y los pastores
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No existen Navidades netamente chilenas, españolas, inglesas, francesas, italianas o estadounidenses... En cualquier lugar del mundo la Navidad es una aglomeración o una síntesis de costumbres y tradiciones de muy diversos orígenes: lo más frecuente es que los grandes símbolos (el pesebre, el árbol, el Niño Jesús el Viejo bonachón que reparte regalos, o los Reyes Magos) se impongan por su propia bondad y convivan en armonía ocupando todo el espacio geográfico de tradición cristiana, junto a tradiciones locales que se guardan y se fomentan como un patrimonio cultural de gran valor.

¿Cuándo nació Jesús?

Como se desconoce la fecha del nacimiento de Jesús, en el siglo II se llegó a un acuerdo, eligiéndose el 6 de enero, más que nada porque en otras religiones primitivas ese día tenía lugar la fiesta de la inmersión en las aguas, que tenía un parecido significado con la bendición y la purificación.

Al pasar el tiempo, el bautismo, una manifestación eminentemente espiritual, llegó a identificarse con la llegada de Cristo a los hombres, lo cual tenía un significado histórico. Durante el siglo IV se impuso la Adoración de los Magos en la misma fecha. Estos magos, según San Mateo, eran en realidad tres sabios.

¿Reyes magos o sabios?
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Como el 6 de enero estaba tan relacionado con los ritos del agua, no fue difícil que se agregara otra conmemoración: la conversión de agua en vino por Jesús en las bodas de Caná.

Solamente a finales del siglo IV la Iglesia Católica decidió celebrar por separado el día de la Navidad y el día del bautismo de Cristo, principalmente para contrarrestar la participación de los cristianos en otras ceremonias solsticiales. En aquella época se creía erróneamente que el solsticio caía el día 25 de diciembre, y en esa fecha se celebraban las fiestas saturnales. La Iglesia decidió unirse a sus "enemigos" e hizo propios los rituales, dándoles un significado cristiano. Durante muchos años, sin embargo, coexistieron ambas celebraciones.

El intercambio de regalos

Esta costumbre es anterior al cristianismo y nace precisamente en las mencionadas fiestas saturnales, que eran presididas por el "dios" de la agricultura. En ellas, los señores sentaban a sus esclavos a la mesa, confraternizando con ellos. Era la única ocasión en que se seguía una conducta tan contraria al espíritu romano: además se les daba durante esta semana festiva, toda clase de libertades, liberándolos de los trabajos que no eran imprescindibles, se intercambiaban regalos y se celebraban rifas.

Esta tradición del intercambio de regalos ya se ha entronizado en nuestra cultura  y tanto los jóvenes como los adultos consideran atentamente qué pueden dar a sus amigos en señal de afectuoso recuerdo. Por insignificantes que sean los regalos, es agradable recibirlos de aquellos a quienes amamos. Constituyen una demostración de que no nos han olvidado, y parecen estrechar un poco más los lazos que nos unen con ellos...

Está bien que nos otorguemos unos a otros pruebas de cariño y aprecio con tal que no olvidemos a Dios, nuestro mejor amigo. Debemos hacer regalos que sean de verdadero beneficio para quienes los reciban.

Pero no debemos convertir esta costumbre en el centro de la Navidad ni menos permitir que sea un sacrificio económico. Regalos, solo si es posible económicamente y con significado intrínseco más que real.

Un mensaje

Ciertamente, la historia nos recuerda que Jesucristo es un personaje real, que nació en un tiempo y en un lugar determinados. Pero el recuerdo histórico dista mucho de ser para algunos un acontecimiento que hoy afecte a sus vidas.

Alguien dijo una vez que los acontecimientos sucedidos hace mucho tiempo dejarían de ser verdad, pues se perderían de tal modo en la memoria que sería imposible recordarlos. Y decidió, con inconfesable interés, aplicarlo a Jesucristo: Hace ya tanto tiempo que Cristo murió por nuestros pecados, que pronto ya no será verdad . Si tenemos en cuenta que su nacimiento está todavía más lejano en el tiempo que su muerte redentora, puede ser que para algunos haya dejado de ser verdad. Por esta razón, hay quienes celebran la Navidad sin Navidad , sin la conmemoración del nacimiento de Jesús en Belén. Si falta Jesucristo, la Navidad se convierte en lo que desean los intereses económicos, sociales, políticos y culturales. El verdadero sentido de la Navidad queda oculto tras luces, regalos y buenas palabras.

¿Qué es la Navidad? Esta es la pregunta fundamental para el que quiera vivir estas fiestas en su autenticidad original. Es, ante todo, una fiesta religiosa . ¿Por qué religiosa? Porque en ella se conmemora el nacimiento de Jesucristo, confesado como Hijo de Dios. En la Navidad celebramos la presencia de Dios vivo entre nosotros ( Enmanuel ): Dios hecho hombre. La religión es precisamente eso: la relación entre Dios y el hombre. Esta relación se basa en tres principios fundamentales: la fe, como acto de afirmación y conocimiento de Dios; la esperanza, como actitud de confianza y espera en la Palabra de Dios; y el amor, como entrega de uno mismo a Dios y como adoración a Él. La Navidad es, por tanto, la fiesta de Dios hecho hombre, celebrada con fe, esperanza y amor . No existe una verdadera Navidad cuando se la despoja de su carácter religioso.

Pero la Navidad no es sólo una fiesta religiosa. Es también una fiesta humana , y por humana no hay que entender hecha o vivida por hombres, cosa que, por otra parte, es obvia.

En el misterio del Verbo encarnado se esclarece el misterio del hombre. Por ello, en estos días se exaltan aquellos valores que configuran y dignifican la vida del hombre. No es puramente casual que estos días se vivan en familia . En esta institución desarrollamos las configuraciones innatas de lo humano y adquirimos la mayoría de los valores que dan sentido a nuestra vida; es en la familia donde se construye la personalidad del hombre. Estos días son una mirada a nuestra humanidad para profundizar más y más en lo humano. La Navidad es ese tiempo privilegiado en el que realmente podemos poner en juego todo lo humano y, por ello, nos debemos sentir fraternos, solidarios, pacíficos, generosos.

El sentido de la Navidad está, pues, en su dimensión religiosa y humana. Ninguna de las dos pueden faltar si queremos que nuestra Navidad sea auténtica, si no queremos vivir una Navidad sin Navidad .

Estos días, en los que la presencia de Dios lo inunda todo con su paz, su felicidad y su amor, son una invitación a penetrar con fe en el misterio del nacimiento de Jesucristo para vivirlo con amor entrañable.

A todos, ¡feliz Navidad!

Publicado en "Iglesia en Valencia", el 21 de diciembre de 1997, firmada por el Arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco y Vicente.

Fuente Internet:

http://www.elalmanaque.com/navidad/temas/Cuando%20nacio%20Jesus.htm

Para ver más sobre el tema, en Internet:

http://www.elalmanaque.com/navidad/indice-temas.htm

http://www.aciprensa.com/navidad/esnavidad.htm

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