Paul Cezanne

Pintor francés (1839-1906), considerado el padre del arte moderno. Intentó conseguir una síntesis ideal de la representación naturalista, la expresión personal y el orden pictórico abstracto.

Entre todos los artistas de su tiempo, Cézanne tal vez sea el que ha ejercido una influencia más profunda en el arte del siglo XX (Henri Matisse admiraba su utilización del color y Pablo Picasso , desarrolló la estructura de la composición plana de Cézanne para crear el estilo cubista). Sin embargo, mientras vivió, Cézanne fue un pintor ignorado que trabajó en medio de un gran aislamiento. Desconfiaba de los críticos, tenía pocos amigos y, hasta 1895, expuso sólo de forma ocasional. Estaba distanciado incluso de su familia, que tachaba su comportamiento de extraño y no apreciaba el carácter revolucionario de su arte.

El aislamiento y la concentración, así como la singularidad de su búsqueda, podrían señalarse como los responsables de la increíble evolución que sufrió su estilo durante las décadas de 1880 y 1890.

En ese periodo, aunque continuó pintando directamente del natural con brillante colorido de tipo impresionista, fue simplificando de modo gradual la aplicación de la pintura hasta el punto de que parecía lograr expresar el volumen con sólo unas cuantas pinceladas de color yuxtapuestas.

"La montaña de Santa Victoria", Cézanne (1887)

Más adelante los expertos llegarían a afirmar que Cézanne había descubierto un modo de representar tanto la luz como las formas de la naturaleza simplemente mediante el color. Parecía reintroducir una estructura formal que los impresionistas habían abandonado, sin sacrificar por ello la sensación y vivacidad lumínica lograda por ellos.

El propio Cézanne hablaba de modular el color en lugar de modelar el claroscuro de la pintura tradicional. Con ello se refería a que suplantaba las convenciones artificiales de representación (modelar) por un sistema más expresivo (modular) que se hallaba aún más próximo a la naturaleza o, como decía el propio artista, "paralelo a la naturaleza". Para Cézanne la solución a todos los problemas técnicos del impresionismo radicaba en utilizar el color de un modo más ordenado y expresivo que el de sus compañeros impresionistas.

Cézanne consideraba que nunca llegaba a alcanzar plenamente su objetivo, por lo que dejó la mayor parte de sus obras sin acabar y destruyó muchas otras. Se lamentaba de su fracaso a la hora de representar la figura humana y, efectivamente, las grandes obras con figuras humanas de sus últimos años, como Bañistas, revelan unas distorsiones curiosas que parecen dictadas por el rigor del sistema de modulación cromática que él mismo impuso sobre sus propias representaciones.

Sin embargo, la generación posterior de pintores llegó a aceptar prácticamente todas las rarezas de Cézanne. Dicha generación creía que ya se habían formulado los objetivos naturalistas del impresionismo y que era necesario un estilo nuevo y original, sin reparar en la dificultad, para poder devolver al arte moderno sinceridad y compromiso.

"Duraznos y peras", Cézanne (1890).

Durante muchos años la obra de Cézanne sólo fue conocida por sus antiguos colegas impresionistas y por unos cuantos artistas jóvenes radicales de la línea del postimpresionismo, entre los que se incluían Vincent van Gogh y Paul Gauguin. Sin embargo, en 1895 Ambroise Vollard, ambicioso comerciante parisino, organizó una exposición de sus obras y las promocionó con gran éxito durante los años siguientes.

Hacia 1904, Cézanne alcanzó la consagración en uno de los grandes salones oficiales de pintura y cuando murió (en Aix, el 22 de octubre de 1906) había logrado un prestigio considerable. Muchos pintores jóvenes viajaron hasta Aix-en-Provence para verle trabajar y pedirle consejo durante los últimos años de su vida. Sin embargo, tanto su estilo como sus teorías continúan siendo misteriosas y crípticas; para unos era un pintor primitivo e ingenuo y para otros un complicado maestro en los procedimientos técnicos.

Aunque todos están de acuerdo en que la intensidad de sus colores, unida al aparente rigor de la estructura compositiva, indican que, a pesar de la frecuente desesperación del propio artista, había sintetizado los elementos básicos de representación y expresividad de la pintura de un modo muy personal.

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