Región Metropolitana


La región Metropolitana de Santiago se extiende entre los 32º 55' y 34º 19' de latitud Sur, limita al Norte y al Oeste con la Región de Valparaíso, al Este con Argentina y al Sur con la Región del Libertador General Bernardo O'Higgins.

Su superficie es de 15.348,8 km2 y reúne seis provincias: Santiago (que comprende la mayor parte de la región homónima), Cordillera, Maipo, Talagante, Melipilla y Chacabuco, que se dividen a su vez en un total de cincuenta y una comunas.

Su emplazamiento geográfico está en el centro del país y aquí está la capital de la nación. (Ver Región Metropolitana en cifras ).

MapaUbicacion
Mapa ubicación
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Relieve

Casi como la mayoría del territorio, esta región presenta las tres unidades fundamentales del relieve chileno: la cordillera de la Costa, que se presenta como una unidad maciza, ordenada de norte a sur, y que constituye una auténtica muralla natural para las comunicaciones entre Santiago y el litoral; el encadenamiento principal de los Andes, y la depresión Intermedia, donde se asienta la ciudad de Santiago y sus ciudades conurbadas.

MapaPolítico
Mapa político
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Hacia el sur, la depresión Intermedia se estrecha en la zona llamada Angostura de Paine; este condicionamiento geográfico es la causa de que el Gran Santiago sufra un “encierro orográfico”, que dificulta la ventilación ambiental y agrava el efecto de la contaminación atmosférica, tan característica, por otra parte, de las ciudades modernas.

Las principales alturas de esta región son el nevado El Plomo (6.050 m), cerro Tupungato (6.570 m), volcán San José (5.856 m), cerro Marmolejo (5.264 m) y el volcán Maipo (5.264 m). (Ver más Relieve región Metropolitana )

Hidrografía

La cuenca de Santiago está ocupada por la extensa hoya del río Maipo, formada por la confluencia de los ríos Yeso y Colorado, y que recibe en plena cuenca el aporte del río Mapocho. El máximo caudal se produce entre noviembre y febrero, a consecuencia de los deshielos y también como resultado de las grandes avenidas, producto de la precipitación líquida en invierno, sobre la cota de 2.000 m, en todo el sistema orográfico andino situado frente a la ciudad de Santiago. (Ver Hidrografía región Metropolitana )

Volcán San José
Volcán San José

La región Metropolitana de Santiago no posee costas, sin embargo, está unida a los puertos de Valparaíso y San Antonio por modernas carreteras pavimentadas. Entre ellas, la Autopista del Sol, que une Santiago con San Antonio, que fue inaugurada en 1998 y fue la primera en el país construida por concesionarios privados.

Clima

El clima predominante en la región es el mediterráneo, con lluvias que se inician en otoño y aumentan en invierno, mientras que los meses de verano son muy secos. (Ver Clima de la Región Metropolitana )

Flora metropolitana

La vegetación nativa de la zona es conocida como bosque esclerófilo, el cual se caracteriza por árboles y arbustos resistentes, en general, a sequías.

Entre las especies más notables están:  canelo, boldo, litre, peumo, quillay y maitén.  (Ver Flora metropolitana ).

Actividad económica

La Región Metropolitana se caracteriza por la diversidad y trascendencia de la mayoría de sus actividades económicas.  Debido a su función adm i nistrativa como capital nacional, predominan en ella los servicios; no obstante, el sector industrial es también muy importante y tampoco hay que olvidar la minería, principalmente la del cobre, y la agricultura que se desarrolla en las fértiles tierras de la depresión Central.

Embalse El yeso
Embalse El Yeso
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La producción agrícola de la región Metropolitana es muy importante en el conjunto del país.  En esta región se cultivan una tercera parte de las hortalizas y más de una cuarta parte de los frutales.  De la superficie cultivada, un 90 por ciento corresponde a tierra de regadío.

Conviene destacar que los suelos de la depresión Central son muy ricos, con abundancia de materia orgánica y con buena textura, y que, con la aportación de agua, se obtienen rendimientos muy elevados.  Entre los cultivos anuales destacan el trigo, el maíz y las papas.

La superficie plantada con frutales ha aumentado en los últimos años y en las plantaciones se aprecia una gran diversidad de especies. La uva de mesa lidera las exportaciones y luego están las ciruelas y  las paltas, entre otras, que generan una importante entrada de divisas.  La producción hortícola es la más importante de todo el país, lo que permite el abastecimiento del mercado regional y la exportación a otras regiones y al extranjero.

La minería

Sin ser demasiado importante la riqueza minera de la región, presenta algunos yacimientos que son dignos de mención.  Destacan la mina de Los Bronces y el yacimiento de Lo Aguirre.

Algunas minas menores son explotadas por mineros independientes en las zonas de Tiltil, Curacaví y Melipilla.  Más relevante dentro del conjunto nacional es la producción de minerales no metálicos: las calizas de Polpaico abastecen a la fábrica de cemento de Cerro Blanco, que produce más de un millón de toneladas anuales.  Otros minerales no metálicos que se extraen son el yeso, el caolín y la puzolana.

La industria

La importancia del sector terciario en la región está secundada por un significativo auge industrial manufacturero (tejidos, zapatos, cueros, productos alimenticios, bebidas). Destaca también el desarrollo de la electrónica y la industria editorial y manufacturera de papeles, así como la industria maderera. Existe una compleja red de establecimientos agroindustriales que procesan la producción del agro (carne, leche, etc.) para el consumo del Gran Santiago, en efecto, en Santiago se elabora más de la mitad de la producción industrial nacional.

Turismo

La ciudad de Santiago, el principal atractivo turístico de la región, cuenta con un rico patrimonio arquitectónico, que combina el estilo español y francés con el del modernismo, en los elegantes conjuntos urbanos del Barrio Alto; destacan también numerosos y singulares edificios de gran valor histórico, como el Palacio de la Moneda (sede de Gobierno), la Casa Colorada, el Palacio Cousiño, la Biblioteca Nacional, el Museo de Arte y el Congreso Nacional, entre otros muchos edificios públicos importantes.

Palacio Cousiño
Palacio Cousiño
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El trazado urbano presenta quintas y parques magníficos, auténticos pulmones verdes de la ciudad, así como grandes y espectaculares plazas (Plaza de Armas, Baquedano, Brasil, Egaña, etc.) y avenidas.  Las sedes centrales de las más importantes universidades se hayan en la ciudad de Santiago,  y ellas articulan perfectamente el peso de la tradición histórica con el moderno desarrollo tecnológico.

La ciudad ofrece al turista una amplia red de cajeros automáticos, una excelente red de ferrocarril Metropolitano, un magnífico aeropuerto internacional, autopistas urbanas concesionadas y un sinfín de diversiones. Santiago destaca también por ser un excepcional campo de acción para los inversionistas.

Pero el gran peso específico de la capital no debe hacer olvidar que la región cuenta con otros recursos turísticos igualmente interesantes, como la laguna de Aculeo, apta para la práctica de deportes náuticos y la pesca.  Otro paraje de gran belleza es el Cajón del Maipo, con pintorescos pueblitos cordilleranos y lugares de picnic.

Cajón del Maipo
Cajón del Maipo
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En la cuenca del Mapocho se encuentra el Arrayán, bien dotado de hosterías.

La región Metropolitana de Santiago cuenta con varios complejos y centros deportivos, localizándose en la Cordillera numerosas estaciones de esquí (Farellones, La Parva, El Colorado, Valle Nevado, Lagunillas y Baños Morales). Cabe mencionar también los parques nacionales de El Morado y El Clarillo, y los núcleos de Malloco, Peñaflor, Pomaire, famoso por su artesanía; Melipilla y María Pinto, situados en el sur de la región e importantes por su desarrollo agrícola.

Población

La región Metropolitana, según el censo del 2002, sobrepasa los seis millones de personas,  concentrando casi el cuarenta por ciento de la población total del país.

A la llegada de los españoles, a mediados del siglo XVI, la población nativa del territorio era escasa y estaba conformada por mapuches y grupos étnicos de zonas andino-peruanas, llegados con la expansión del imperio incaico.

Algunos de los poblados indígenas más numerosos localizados en las proximidades de la actual Santiago eran los de Vitacura, Ñuñoa, Tobalaba, Macul y Apoquindo, así como los de Lampa, Calera de Tango, Aculeo, Talagante, Melipilla, Pomaire y Mallarauco.

La mayoría de estos poblados se concentraba junto a los ríos, cuyas aguas eran canalizadas formando redes de regadío que aseguraban una abundante producción agrícola, sobre todo de maíz, papa, quínoa, habas y zapallo, entre otros productos.

Los  españoles usaron la infraestructura de regadío nativa para desarrollar un tipo de agricultura intensiva, que extendió hacia las tierras fértiles de la cuenca Central, particularmente en los sectores de Vitacura, Tobalaba, Macul, Ñuñoa y entre el Mapocho y Talagante.

Durante el siglo XIX, la ciudad de Santiago se consolidó como el primer núcleo urbano del país, de acuerdo con su condición de capital nacional y cabecera de una región de alta productividad agropecuaria.

Gracias a capitales procedentes de los beneficios proporcionados por las minerías del cobre, el salitre y la plata, se desarrolló, a partir de 1828, una red de canales destinada a recoger las aguas de los ríos Maipo, Aconcagua, Mapocho y Cachapoal, primero, y Chacabuco y Peumo después, e incorporar al área productiva casi toda la depresión Central.

Con este impulso dado a la actividad agrícola, y en particular al cultivo del trigo destinado a la exportación hacia California y Australia, y de la vid para su vinificación, la región experimentó un fuerte incremento demográfico, cuyos índices registraron un aumento superior al del esto del país.

Así, la población metropolitana pasó de 236.00 habitantes en 1835 a 420.00, en 1895, lo que suponía un incremento de casi el ochenta por ciento. Sin embargo, el gran salto cuantitativo de la población se produjo a lo largo del siglo XX cuando la región se configuró como una de las áreas urbanas más importantes de América Latina.  Más del 95 por ciento de la población de la región se concentra en lo que se denomina Gran Santiago, que es la resultante de la suma de la población de la capital con la del sistema San Bernardo, Puente Alto, Maipo, Colina, Talagante, Malloco, Peñaflor y Melipilla.  De las seis provincias que componen la región, tres (Santiago, Maipo y Talagante) tienen una densidad de población muy alta.

Santiago, ciudad cosmopolita

Españoles en valle del Mapocho
Españoles en el valle del Mapocho.

Santiago de Chile, fundada en 1541 por Pedro de Valivia en el mismo lugar donde sigue actualmente, es hoy en día una de las capitales más importantes de América Latina.

Su condición de capital del Reino de Chile durante el período colonial perduró tras la Independencia del país, como capital de la nueva República.

Desde su creación ha albergado las principales actividades políticas, administrativas, económicas y culturales del país y es la sede de las instituciones del Estado, excepto del Congreso, que se ha establecido en Valparaíso.

Trazada urbanísticamente por Pedro de Gamboa siguiendo las ordenanzas contenidas en las Leyes de Indias, la ciudad fue durante mucho tiempo un pequeño poblado de casas de barro y calles de tierra por cuyo centro corrían las acequias pertenecientes a una red de canales construidos anteriormente por la población indígena.

Su estratégico emplazamiento determinó su mayor importancia por sobre los pocos poblados fundados por los españoles en la región, pero su población siguió siendo escasa hasta que a principios del siglo XVII, tras la rebelión araucana, se refugió en ella un gran número de españoles.

Su población, de unos 10.000 habitantes, se mantuvo estable durante más de un siglo debido a la guerra mapuche; después comenzó a crecer muy lentamente.

Cerro Huelén
Ayer, Cerro Huelén.

Pese a su lento desarrollo, a finales del siglo XVIII contaba con unos 25.000 residentes españoles, los gobernantes de la época trataran de embellecerla. Para ello fueron construidos los paseos de la Alameda de los Tajamares, la Alameda Nueva, la iglesia de San Pablo y el magnífico puente de Cal y Canto.

Una vez finalizada la guerra por la Independencia, se emprendieron algunas obras, como el saneamiento y embellecimiento de la Cañada, el empedrado, arbolado y jardines de la Plaza de Armas y la urbanización del barrio de Yungay; y se crearon diversos espacios públicos a medida que la población aumentaba. En 1810, año en que se erigió capital del Chile independiente, la población ascendía a 35.000 habitantes, y, en 1844, a 85.000.  Un año antes, Andrés Bello había fundado la Universidad de Chile.

La primera transformación urbanística de Santiago fue emprendida, entre 1872 y 1873, por el intendente Benjamín Vicuña Mackenna, quien hizo remodelar la Alameda, abrir las calles del centro histórico, pavimentar numerosas calles y avenidas, construir 18 nuevas plazas y hacer del cerro Huelén un parque público.

Cerro Santa Lucía
Hoy, cerro Santa Lucía.

Posteriormente, al tiempo que la ciudad se extendía en nuevos barrios, como el Quinta Normal, se crearon varias avenidas, como las del Ejército Libertador y Dieciocho; se urbanizaron la Dehesa y la hacienda Lo Barnechea; se canalizó el río Mapocho; y se decretó el ensanchamiento de las calles centrales.

A principios del siglo XX, Santiago se perfilaba como una ciudad moderna dotada de numerosos y bellos espacios públicos, como los parques Cousiño y Santa Lucía, la Quinta Normal de Agricultura y la Alameda, a los que se sumaron el parque Forestal y las plazas Vicuña Mackenna y Brasil.

Hacia 1920, cuando la población de Santiago superaba ya el medio millón de habitantes, se inició un proceso inmigratorio que supuso un fuerte crecimiento demográfico.  La oleada de inmigrantes procedentes del campo modificó el paisaje urbano, al desplazar la zona residencial hacia los barrios de Providencia, Seminario, Pedro de Valdivia y Las Lilas, y al dejar el centro para los servicios públicos, negocios, etcétera; así mismo, se generaron nuevos barrios y asentamientos espontáneos.

Plaza de Armas01

Plaza de Armas02

Plaza de Armas de Santiago.

También en aquel período se transformó el cerro San Cristóbal en parque público, se abrió la avenida Santa María bordeando el río Mapocho, sobre el que se construyó el puente de Bellavista, y se crearon el parque Providencia y la plaza Italia, en la que confluyen la Alameda y las avenidas Providencia y Vicuña Mackenna,

Durante el período de 1940 a 1960, a raíz de un nuevo auge económico, se levantaron nuevos barrios residenciales y el crecimiento demográfico acercó la población de Santiago a casi dos millones de habitantes.

Plaza Italia
Plaza Italia
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El último gran salto hacia convertirse en una urbe moderna se dio a partir de 1973 con las modernizaciones impulsadas por el gobierno militar. Desde entonces Santiago creció en altura y en centros de servicios y edificios habitacionales y de oficinas.

Hoy posee una amplia red de metro, gran cantidad de autopistas concesionadas y de líneas de autobuses urbanos; varios centros de negocios, varias áreas financieras en distintas comunas, inmensos centros comerciales en casi todas las comunas, cientos de oficinas bancarias, miles de cajeros automáticos, zonas de esparcimiento en los barrios de Providencia, particularmente en la calle Suecia, y Bellavista, y numerosas áreas verdes distribuidas en muchas de las comunas metropolitanas.

Fuente:

“Enciclopedia de Chile”, Editorial Océano